64 - El pacto

8.8K 688 936
                                    

NOTAS

¡Qué emoción, familia! No me lo creo, ya hemos llegado hasta este capítulo. Estamos a uno del final del primer libro de Laurita. Tomen asiento y prepárense para la diversión. 

¡Feliz sábado! ¡Les amo!

PD: Apiádense de mí para "Confesión carnal". Necesitaré altos niveles de concentración para escribirlo, y mucha agua para mantenerme hidratado.

-------------------------------------------------

El pacto

—"¡Ah! ¡Sí!". Se te dan bien los agudos, Ani. —No hay nada como una mañana de sábado incordiando a Ani amorosamente. Interpreto su concierto nocturno con detalles, incluso gesticulo a nivel facial y corporal. Me alegra haber recuperado nuestra confianza y nuestra complicidad.

—¿Tú no duermes nunca o qué? —se queja, ruborizada, mientras nos prepara el desayuno en la cocina.

—¿Tú podrías dormirte en un concierto con los altavoces zumbando en tus oídos? —Exhibo mi risita traviesa.

—¡Qué exagerada! ¿Amaneciste con fiebre? —Ani me sirve el plato con las tostadas. Es tan linda que me ha untado la mermelada.

—Un poco, pero ya me tomé la pastilla. ¿Dormiste satisfecha? —Que no piense que evadirá el pacto que sellamos ayer.

—Sí, dormí plácidamente. —Ya lo creo, pues gimió casi como la hice gemir en el sofá.

Ani se sienta para desayunar conmigo. Le concedo unos instantes de paz para que ambas nos endulcemos la boca, pero nos desafiamos con la mirada. Mi intención es que el tenso silencio la supere y la fuerce a relatar su lasciva noche. No obstante, miss Vergonzosa sacia la incomodidad engullendo con ansias, por lo que tomo la iniciativa.

—¿Por qué huyes de los detalles? ¿Tan mala perdedora eres?

—No huyo de los detalles. Ese oído tan fino que tienes te habrá ayudado a imaginártelos. ¿No te da cosa pensar en tu hermano en pleno acto? —¿Por qué se interesa por ese aspecto en lugar de indagar en lo que imagino con ella? ¿La muy pervertida pensará en un trío? Bien pudo pensar en mí, pero era a mi hermano a quien tenía dentro, por lo que eso también le gustaba.

Me tomo mi tiempo para responder. De hecho, bebo la leche con chocolate y, contemplando a Ani, me limpio el rastro del bigote con un sensual recorrido de la lengua. A lo mejor le recuerda nuestra apasionante aventura en el sofá. Esto es un juego de fantasías y estoy dispuesta a jugar, sobre todo después de sobrevivir a una semana tan melancólica. Necesito luz y bienestar para terminar de recuperarme.

—No pienso en él... —Sí, Ani, pienso en ti, pero lo dejaré a tu interpretación—. Pienso en ambos. El acto sexual forma parte de la naturaleza, no veo el problema en que mi hermano lo disfrute y yo lo sepa. Sería de hipócrita negar lo evidente, en este sentido. —Si ella supiera que descubrí a mi hermano masturbándose cuando estuvimos en Japón. Eric había entrado en otra etapa de su vida, pero me montó un buen drama. Estaba avergonzado y me suplicó que no se lo contara a nadie. Lo mortifiqué un tiempo porque quería saber en quién o qué pensaba, pero lo salvó que yo conocí a Aiko y empecé a jugar a lo mismo en un nivel más avanzado. Me sigo preguntando qué imaginó Eric aquella vez.

—Ya, pero me refiero a que a la mayoría de las personas les resulta incómodo pensar en un familiar en la intimidad.

—Yo no soy la mayoría. Para mí es algo natural. ¿Por qué debería sentir "asco" si sorprendiera a mi hermano contigo? —De ser así, habría vomitado cuando leí tu diario. Te encanta la narración erótica. Describiste a mi hermano tan milimétricamente que fue imposible no imaginarlo mientras te poseía por toda la casa—. A esa mayoría le gusta escandalizarse y reprimirse. No te ofendas, Ani, ya que deduzco que eres más pudorosa en ese aspecto. Pero estamos tomando otra ruta, esto es propio de una mala perdedora.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora