Antojos

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➡︎ Pareja: Killua y Gon

➡︎ Mundo sin nen

➡︎ Capítulo único

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Si Gon tuviera que describir a su esposo, definitivamente lo haría con las palabras: increíble, maravilloso, atento, genial, amable

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Si Gon tuviera que describir a su esposo, definitivamente lo haría con las palabras: increíble, maravilloso, atento, genial, amable. ¿Y por qué no? Si lo ve como el mejor hombre que pudo haber encontrado para amar, el amigo fiel en el que siempre encontró algo especial. Y ahora lo volvía a pensar, porque sólo Killua era capaz de hacérselo recordar; demostrando su dedicación y cariño con cada detalle. Podía asegurarlo, el albino sería un buen padre.

—¿Deseas algo, Gon? —Esa voz le daba tranquilidad, lo hacía sentir ligero incluso cuando había subido de peso en los últimos meses por su embarazo. Acarició los blancos cabellos y sus labios formaron una media luna hacia arriba; no quería, pero a la vez le gustaba ser tan engreído y mimado por su marido.

Los ojos azules se cerraban, aunque no era por el sueño, sino por las suaves caricias en su cabello; conocía a su pareja y percibía la presencia de su pequeño Mike en el vientre del azabache. Debía cuidarlos ahora más que nunca, mucho más al saber de la delicada etapa de gestación que el Freecss vivía.

La pancita circular y adorable del moreno guardaba vida, a la cual los futuros padres ya amaban. Y como todo papá amoroso que velaba por las necesidades de su retoño, el de cabellos puntiagudos sonrió de la manera más brillante que pudo y ppregunt —. ¿Podrías traerme un yogurt helado de naranja con unas frambuesas y arándanos, por favor?

Eran las diez de la noche en punto, a inicios de otoño, y el Zoldyck debía salir a la tienda más cercana para complacer los antojos matutinos de su amado —. Bien, no tardo —avisó, encaminándose a la salida.

—¡Espera Killua! —Lo detuvo el de ojos marrones, ganándose la inmediata atención del mencionado.

El de piel pálida vio al mayor jugar con sus dedos y mirar a su pequeño vientre como su fuera lo más interesante que existiera —. ¿Quieres algo más? —Le preguntó, sonriendo ladino.

Los ojos del más bajo lo miraron y una chispa le confirmó que así era, el Freecss comentó —. De seguro ya está a la venta el último tomo del cómic de cazadores, si hubiera en la tienda, ¿me lo traerías? —No era necesario preguntar, de todas formas el menor cumpliría con el pedido.

—Claro. —Le aseguró, y así salió de la casa hacia la tienda que, para su suerte, atendía las veinticuatro horas.

Aprovechaba estar ahí para comprar otros alimentos que necesitaban, con canastilla en mano, mientras trataba de adivinar los antojos que podría tener Gon al día siguiente; casi nunca acertaba, pero el Freecss siempre terminaba buscando comida en la nevera, así que no podía estar vacía. Con los envases de frutas y la botella de yogurt ya tachados en su lista mental, pasó por la sección de libros y revistas, mirando atentamente las diferentes historietas que habían; sus ojos azules encontraron la que su amado quería, así que lo agarró al mismo tiempo en que otra mano pálida lo tomaba.

Mes de paternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora