Capítulo 24

1.3K 253 26
                                    

Thomas

Dos mensajes recibí de parte de mi familia, de mi mamá y de mi hermano mayor. Ninguno puede venir a verme. Adam, porque se encuentra muy agobiado con el tema de su trabajo, y Marta, porque seguramente tiene que atender al señor que se hace llamar marido/padre. Me interesa poco, porque les voy a hacer exactamente lo mismo, ya estoy acostumbrado a este trato. Amigos y conocidos, miles de saludos, pero el único que me interesó es el de Elizabeth, me trajo el desayuno a la cama con la foto de nuestro tatuaje compartido y un portarretrato original, hecho por sus propias manos. La decoración queda perfecta en la mesita de luz. Es lo primero que voy a ver cuando despierte.

— Buen día, dormilón, ¡Feliz cumpleeee!

Su abrazo de oso casi hace que todo lo de la bandeja termine desparramado antes de probarlo. Desayunamos juntos, mientras planeamos que vamos a hacer el resto del día. La sonrisa de idiota no se me borra de la cara, a pesar de haber despertado con terrible grito.

Salimos a hacer las compras para la cena de esta noche, que piensa preparar ella. En mi vida la vi cocinar algo tan elaborado, pero dice que está acostumbrándose.

Hacemos ejercicio y vemos unos adelantos de películas que nos agradan el resto de la tarde, para elegir cuál veremos en la noche. Estar así con ella, crear esta rutina tan serena y tranquila, es lo que me hace estar pacífico. No sé como explicar la paz interior que se siente, es como si todo encajara, como si todo estuviera en su sitio, como si yo estuviera en el lugar correcto.

La veo preparar mi plato favorito desde temprano, solo para nosotros dos. Hoy ninguno de nosotros quiso despegarse del otro. Contemplo su figura en la cocina, tan perfecta, que un calor interno se apodera de mí. La ayudo picando lo que me pide y alcanzándole las cosas que precisa. Somos un buen equipo.

— Esas calzas... — Suelto sin más.

Mi boca habla antes de que mi mente procese lo que acabo de soltar. Me sorprendo de mi mismo, jamás he tenido tantos impulsos como con esta mujer. Siempre soy precavido con las cosas que digo y hago. Siempre tengo el control, pero parece que hoy lo dejé en la basura.

— Me hace un buen culo, ¿No? — Se dobla para mirarse la parte de atrás.

— Es lo único que puedo ver cada vez que te mueves. — Me sincero, elevando los hombros para restarle importancia al tema. "Todo está bien" me repito internamente.

— Thomas. — Me grita y me pega en el hombro con la cuchara de madera, sorprendida. No era la reacción que quería, pero bueno, qué más da. Que se vaya acostumbrando a saber como me pone.

La convivencia cada día con ella se me hace más fácil. Me gustaría tenerla en todos los sentidos. Me gustaría tomarla en todos los espacios de esta casa. Tengo veinte años y ella está a punto de cumplir diecinueve, puede ser que seamos unos críos, pero críos que están viviendo juntos y llevando una vida de pareja, sin sexo. Bueno, sin tanto sexo o algo así. Las ideas me maquinan en la cabeza, todos los días, en todas las situaciones.

Mis amigos me regalaron una caja de vino, así que eso hay para tomar con la cena que, sorprendentemente, está deliciosa y para chuparse los dedos. Ya he terminado con mi plato, la carne rellena que hizo en el horno le salió tierna y exquisita, la guarnición que era un simple puré, lo convirtió en un manjar para dioses, suave en el paladar y cremoso.

— Te pasaste pequeña. — Digo, mientras relleno las copas con el líquido carmesí.

— Te dije que estoy aprendiendo. Seguir paso a paso, las recetas de Internet a veces tiene buen resultado. — Reímos juntos.

Dos vinos después y una película de mi gusto hace que nos agarre sueño. Ella levanta todo de la famosa mesa ratona, que es la que realmente utilizamos como mesa cuando estamos solos; y yo lavo los platos. Dejamos todo apilado, escurriéndose, para guardar mañana. La veo subir las escaleras balanceando las caderas, está media ebria o me está provocando. Le pregunto y me contesta que no a ninguna de las dos opciones, entre risas.

Querido DiarioKde žijí příběhy. Začni objevovat