017

23.7K 2.1K 696
                                    


Una cabellera color naranja se encontraba afuera de la institución, junto con sus maletas bajo del taxi suspirando con pesadez, "aquí vamos de nuevo." Recién el joven había aterrizado de su viaje desde Paris hasta Corea del sur, pero antes de cualquier cosa debía ver a su madre, la extrañó mucho. Dio las gracias al amable señor que lo llevo hasta ahí, mostrando sus encillas emocionando de revivir su infancia. Iba a dar un paso cuando pudo divisar a un bajo hombre caminando, maldiciendo todo a su alrededor. Hasta que choco con un poste provocando que se enfureciera más, le dio una fuerte patada al metal sintiendo su pierna doler, rápidamente se tiró al suelo y tomo su pie gimiendo de dolor.


— ¡ERES UNA MIERDA! — Grito el de pelos color menta más enojado que antes, hasta que una voz lo saco de sus pensamientos genocidas.

— Dios, Yoon, pareces un niño. — Habló el desconocido con una acogedora sonrisa, tendiéndole la mano a un muy frustrado Min.

— ¿Tú quien mierda eres? no te conozco, no me llames Yoon, estúpido. — Dijo sin verlo a la cara, se levantó escupiendo con rabia, volteo a ver al que recientemente había llegado y se quedo atónito al verle el rostro tan familiar. — Jung H-hoseok. — El mencionado sonrió al instante al ver que su amigo de infantes aun lo recordaba. El pelinaranja soltó sus maletas y se lanzó a abrazarlo. 

— Sigues pareciendo una mujer en sus días Yoon, nunca cambias. — el mas bajo frunció el ceño intentando separarse de su cariñoso amigo pero esté no lo soltaba, es más, lo abrazaba cada vez más fuerte asfixiando al mayor. — ¿Puedes dejar de moverte? tengo mucho sin sentirle las tetas a mi amigo.

— Eres un idiota, Jung, suéltame ya o le diré a tu madre que andas con cosas raras desde que volviste. — Por fin YoonGi se logró soltar mirando con enojo a Hoseok quien no bajaba su carismática sonrisa. Min avanzó tomando una maleta de Jung. — ¿Verás a tu mamá? — Preguntó el de tez pálida a lo que el contrario asintió confirmando. Ambos empezaron a caminar sobre los enormes pasillos de el lugar dirigiéndose a la enfermería; donde trabajaba la mamá de el recién llegado. Todos los estudiantes observaban a Min con temor debido a los acontecimientos pasados y claro que Jung Ho Seok se dio cuenta de ello.

— ¿Estás bien, Min? — YoonGi dejo de caminar mirando hacía el piso con cierto nudo, aun no estaba listo para hablar sobre todas las barbaridades que le hizo al que juraba que era el amor de su vida. En el proceso de cubrir su homosexualidad, hirió a muchas personas y era algo que no se lo perdonaría. 

— Te cuento luego, Hope. Estoy.... mmm... ya sabes. — Habló aclarando su garganta, se le hacía difícil ser sincero o hablar de sus emociones. — F-feliz que estés aquí. — Soltó en susurro el pálido, Hoseok sonrió y se le acerco cruzando sus manos detrás de su espalda. 

— ¿Cómo? No te escuche ¿Puedes repetirlo? — dijo con cinismo, claro que lo había escuchado, pero era muy raro escuchar a su mejor amigo decir ese tipo de cosas.

— Dije que ojalá se te atoré el pene cuando te subas el zíper. — Escupió Min sintiendo su dignidad en el suelo, siguió caminando dejando atrás a su tonto amigo, quien solo se limitó a carcajearse. 

— Yo también te quiero, en cuatro pero te quiero. — Susurró lo último porque sabía que si su enojón amigo lo escuchaba le partiría su rostro.


Ambos llegaron al pasillo final en donde se encontraba su destino, la enfermería, pero al llegar pudieron ver a una Irene besándose con la mamá de el famoso Kim TaeHyung. Provocando que Jung y Min se sorprendieran ante vil acto de traición.

— Mierda, no pierdes el tiempo, Baechu. — Le hablo Hoseok, Irene volteó a verlo y se pudo divisar una enorme energía negativa al estos dos verse. 

— Tsss, Jung, que milagro. — Dijo con sarcasmo, digamos que ambos no se llevaban bien antes de el viaje de Hoseok, debido a que ambos estaban enamorados del mismo hombre: Kim TaeHyung.

YoonGi avanzó y pudo ver a JiMin durmiendo cómodamente recostado en la pared, le dio ternura incluso cuando Park tiraba grandes cantidades de saliva y tenía un sin fin de penes dibujados anteriormente por Irene. Se acercó hasta él poniéndose en cuclillas para poder verlo de cerca, sin poder detenerse acaricio levemente su mejilla.

— Te extraño, Mochi. — Soltó en un hilo de voz, seguía acariciándolo hasta que sintió algo golpearlo abruptamente, provocando su desmayo y que cayera encima de JiMin quien se removió.

— Joder, Irene ¿Qué mierdas te pasa? ¡Lo mataste! — Gritó Hoseok asustado despertando a todos en la sala. JooHyun bajo el palo de escoba enojada.

— ¡MEJOR DAME LAS GRACIAS QUE NO LO SEGUÍ GOLPEANDO DESPUÉS DE TODO LO QUE LE HIZO A JIMIN Y A WENDY! — JiMin se levantó de golpe al ver al cadáver de YoonGi, chilló asustado.

— Puta madre, me quiso despertar como blancanieves y se termino durmiendo él. — Dijo Park tomando a Min para recostarlo en sus piernas. — Reacciona, sanguijuela. — Irene se acercó y toco la mejilla de YoonGi con el palo de escoba. 

— Suéltalo Minnie, te va a transmitir alguna enfermedad. No creo que esté muerto. — Volvió a tocarlo con la escoba, al ver que no reaccionaba se acercó aun más para poder revisar si respiraba, al estar unos centímetros cerca de su rostro, pudo sentir el aliento de YoonGi, seguidamente el último mencionado abrió con cautela un ojo para poder divisar la situación, lo que no contaba era que tenía a Bae muy cerca de él y pudo ver como abría el ojo, JooHyun se indigno y se levanto tomando el palo nuevamente. — ¡ES UN ZOMBIE, JIMIN, SUÉLTALO! ABRIÓ EL OJO— JiMin vio a Min con asco y lo soltó tirándolo sin cuidado alguno hacía el suelo, Park se levantó del suelo sin apartar la mirada.

— Te hiciste el muerto para que me preocupará, eres una sucia mierda. — Dijo JiMin sin miedo y sin emociones, Jung se acercó a su mejor amigo y lo levantó. YoonGi dirigió una mano de él hacía el golpe que Bae le había dado.

— Hablemos Park, te lo suplico. — Dijo el de cabello color menta, cosa que hizo sorprender a Hoseok, ¿Qué se había perdido y por qué su amigo le estaba rogando a alguien?

— ¡HIJO! — La enfermera Jung saltó a los brazos de su único hijo. — Mi vida, estás enorme. ¿Has comido bien? ¿Cómo te ha ido, pequeño? — Le besaba la frente a su niño de pelos naranja, quien no dejaba de sonreír.

— Muy bien mami, he aprendido tanto. — La señora sonrió con sus ojos cristalinos.

— Adivina quien está dentro. — Jung la miró curioso

— ¿Quien, madre?

tu TaeTae. — Dijo con emoción la madre al recordar como aquellos dos se llevaban.





olam, boten ycomenten jejend 


JUNGKOOK TE CHUPO EL PEN*E. |KOOKTAE.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora