Capítulo VII

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||<nuevo líder>||

Los días pasaban y aunque el entrenamiento del menor se detuvo por una semana, pues después de aquella pelea su padre no le dedico palabra alguna solo sonrisas burlónas y arrogantes que lo hacían enojar pero que después de unos dias decidió ignorar haciendo que el alfa al fin volviera a retomar los entrenamientos avanzando bastante bien haciendose más hábil y ganando masa muscular al igual que cicatrices pues el alfa no se tentó el corazón ni tuvo un poco de piedad a la hora de entrenar al contrario le exigía más que a los alfas aspirantes a caballeros algo que de cierta forma agradeció pues sus habilidades mejoraron bastante rápido haciendo bastante ágil con los chuchillos, espada, katana y sobre todo el arco que era uno de sus fuertes pues a pesar de tener cierto conocimiento en el combate cuerpo a cuerpo y con armas blancas el arco siempre fue uno de sus favoritos a la hora de pelear convirtiéndose a la edad de 16 años en un miembro de la tropa real siendo uno de los betas más jóvenes

Aunque su celo seguía siendo un problema pues cada 5 meses este llegaba puntual derribandolo con una ola de calor que lo hacía desear la muerte estando aturdido y con los sentidos confundidos dejandolo muy débil cuando pasaba obligandolo a tomarse un día de descanso para reponerse algo que era difícil de esconder pues al ser un miembro de la tropa real lo necesitaban activo todos los días puntual y más al ser un beta pues a los alfas de les daba días de descanso cuando les llegaba el celo pero los betas no poseían dicho "privilegio" al no necesitarlo algo que le complicaba las cosas siendo obligado a tomar el doble de aquel té que retrasaba su celo hasta por 8 meses, esto era una ventaja y a la vez no pues su celo se habia reducido bastante pero cada que llegaba duraba más tiempo en vez de durar 5 días duraba 9 días además de que perdía la conciencia durante el mismo librando su segunda conciencia dejandose llevar por el instinto dejandolo agotado y adolorido hasta por dos días algo que también era un problema y una pesadilla una que empeoró el día que le dieron el trabajo de proteger al príncipe shoto...

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——Izuku, el rey Endeavor te llama

Avisa el alfa pelinegro al peliverde que se estaba terminando de alistar para ir a patrullar

Está bien, en un momento voy

Murmura para así salir de la habitación portando su armadura para dirigirse al gran salón Real donde ya estaba el alfa pelirrojo con su mujer sentada a su derecha

Majes, me llamaba?—se arrodilla delante de ambos monarcas

— sí, te voy a encomendar un trabajo muy importante, como sabes shoto es el próximo gobernante de esta nación y necesita ser protegido todo el día y noche así que quiero que tu te encargues de su protección has sido uno de mis mejores guerreros además de que tu casta es bastante útil en estos momentos

Al oír eso el peliverde se quedó helado en su lugar pues si bien era uno de los mejores guerreros pues su pequeño tamaño y delgado cuerpo lo ayudan a ser más flexible y escurridiso no se creía capaz de cuidar al príncipe y menos tener que estar con él día y noche

—Así que tu trabajo inicia hoy al menos lo que dura en celo de Iida tu te haras cargo de su trabajo, ahora retirate a la habitación de shoto que ya va a despertar  y quiero que estés presente desde que abre los ojos hasta que los cierra

—A sus ordenes majestad—susurra para así levantarse y salir del gran salón para dirigirse a la habitación del joven principe estando algo metido en sus pensamientos pues está era gran oportunidad para subir de rango pero también era peligroso además su celo está por llegar algo que empeora la situación

—Ahora que voy a hacer...—susurra frustrado mientras levanta la mirada encontrándose con una enorme puerta de madera blanca haciendo que su el pesar aumente, conocia al príncipe de vista pues nunca había entablado una conversación con el joven ya que este siempre estaba estudiando, entrenando simplemente estaba en su habitación mientras que el peliverde ayudaba a su madre con la confección de ropa o estaba entrenando y de vez en cuando jugando (esto último fue hasta que cumplió 13 años) y la simple idea de tener que convivir con el alfa día y noche lo aterraba, en estos momentos agradecía no tener aroma ni olfato pues la habitación debe estar llena del aroma del bicolor

—Tranquilo Izuku, no es la gran cosa solo tienes que hacer lo que siempre haces la única diferencia es que hoy vas a concéntrarte en proteger a una sola persona... Una que si quiere me pone de rodillas con una simple palabra—murmura lo último aterrado respirando profundo y tratando de controlar su respiración para mantener una expresión neutra

Una vez más relajado abre la puerta de la espaciosa habitación fijando su mirada en la enorme cama que era alumbrada por la luz del sol que se colaba por la ventana dando directo a un bulto que se removia un poco entre las costosas y finas cobijas

Se acerca a paso lento a la cama quedando sorprendido al ver a mayor detalle el fino y hermoso rostro del bicolor

Su piel era palida con un muy tenue rubor siendo sus ojos cubiertos por algunos mechones rojos que le daban un aspecto inocente pero no al grado de ser infantil siendo completado por unas largas pestañas albinas que parecían ser cubiertas por nieve

Estaba embelsemado con la vista que tenía del bicolor que comenzaba a despertar sacando de su encanto al peliverde que retrocedió unos pasos parándose firme teniendo el casco en la mano

—Buenos días príncipe Shoto

Saluda en un tono amable al ver que al fin los ojos dispar del bicolor se abren fijando su mirada en el caballero peliverde que le sonreía con amabilidad

El príncipe y el guerrero (tododeku) Where stories live. Discover now