AMOR POR CONTRATO || yoonmin

Capítulo 31

Anonadado por la rapidez de los hechos, mantiene su llanto descontrolado desde que llegó a su habitación, se hunde en soledad, llorando en el suelo y con la espalda recargada sobre la parte inferior del sofá. Se niega a aceptar que su preciado amigo estaba muerto, no podía aceptar que justo cuando sentía que su relación con el pelirrojo podría ser llamada "amistad" se le fuera arrebatado por una mala jugada del destino.

Desde que vio en redes sociales que la sala VIP del hospital en el que Hoseok estaba se incendió, un vuelco y una helada sensación atormentaron su corazón. Sin embargo, aunque el fuego consumió gran parte de la infraestructura y las pérdidas materiales se mostraban garrafales, su esperanza seguía intacta y tenía por seguro que al llegar al nosocomio un animado Hoseok lo recibiría y se burlaría de él por su cara llena de espanto.

Lamentablemente, sus esperanzas se vinieron abajo cuando, al pedir información, el personal le dedicó una mirada abatida. Pero no, no podía creerlo; ni siquiera cuando fue acompañado por una enfermera hasta el área mortuoria y vio a su esposo con un semblante peor al de todos los demás. Pero no, ni siquiera así podía creerlo. No lo haría, no importaba cuántas veces Yoongi le confirmara que eso no era un terrible sueño.

Era tan injusto.

No supo en qué momento la luminosidad del día dio paso a la oscuridad de una noche estrellada, su cabeza dolía tanto y sentía que ante cualquier movimiento esta podría explotar. Cayó en cuenta de que había estado llorando mañana y tarde hasta ese momento, su estómago se sentía vacío, pero no tenía ganas de consumir alimento, solo quería hundirse en oscuridad y seguir llorando. Así que se puso de pie y fue hasta el ventanal para correr la cortina, con el propósito de que la luz externa no lo irritara e hiciera doler más su cabeza. Solo le bastó mirar a Yoongi tras la ventana por un segundo para que la necesidad de abrazarlo recorriera su sistema, así que no lo pensó y en seguida fue a su encuentro.

El pálido no dudó en recibirlo con los brazos abiertos y se hundieron en un desgarrador abrazo, se aferraron con tanta fuerza que creían poder herir al otro, las lágrimas tampoco tardaron en atacarlos de nuevo, sentían el aliento perdido por los alaridos que dejaban salir. Afligidos cuales niños, lloraron con todas sus fuerzas en el hombro del otro, hundiendo su rostro con vergüenza y terror. Tras largos minutos se tranquilizaron y el fuerte agarre se hizo suave pero igual de necesitado, Yoongi era el que mantenía la cercanía con más urgencia, tratando de tranquilizarse con los latidos del corazón de su amado y con el embriagante aroma de este.

— ¿Por qué estás aquí? — Interrogó Jimin en un suspiro, preguntando lo obvio y sin separarse del empresario.

— No puedo estar solo hoy — Se sinceró y se aferró con más fuerza, temiendo que el rencor de Jimin siguiera tan latente como al principio y lo alejara sin piedad — Quiero estar cerca de ti. Por favor, te lo ruego, déjame estar a tu lado — Su voz se quebró, imploró tan necesitado que los ojos de Jimin volvieron a aguarse.

— ¿Por qué no lo dijiste antes? Yo también te he necesitado — Correspondió, calmando la ansiedad del contrario.

— No quería incomodar. Y, aunque sé que tengo la culpa de que aún estés enojado conmigo, no quería tu rechazo. Mejor dicho, no habría sabido cómo manejarlo — Sorbió por la nariz y comenzó a llorar nuevamente, aunque de manera más calmada — Minnie, ahora eres todo lo que tengo.

— Yo... No voy a dejarte — Esas pocas palabras fueron suficiente para hacer respingar al empresario, quien intentó separarse del abrazo para ver a los ojos de su esposo y confirmar que no estaba jugando con su herido corazón, aunque no lo creyera capaz nunca — No dejes de abrazarme — Pidió Jimin — Hoy me di cuenta de que la vida es demasiado corta... Si sigo tras el pasado y vacilo, seguiré perdiendo el tiempo... Yo te amo, y no hay nada más importante que estar contigo. No sé qué va a pasar con nosotros en un futuro, no sé si se nos permitirá seguir juntos mañana, tampoco sé cuándo abriré los ojos por última vez, pero no me quiero arrepentir de nada. Te necesito conmigo.