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En aquel momento, el mundo de Ron y Harry se derrumbaba al ver a Hermione petrificada.

La profesora McGonagall los había llamado para avisarles de el incidente de la castaña, pues los ataques seguían en aumento.
—¿No hay alguna cura?— preguntó Ron con cierta desesperación por recuperar a su amiga.

—Señor Weasley, ya le hemos dicho que Madame Pomfrey hace todo lo posible por conseguir la cura más efectiva para todos.— le dijo era otra vez.
—Ron, ya verás que todo se solucionará.— intentó tranquilizarlo el azabache.

Pero, habían más malas noticias. Draco en ese momento entró corriendo buscando a la profesora.
—Señor Malfoy...— empezó a decir esta.

—Leah... está desaparecida. Tiene que hacer algo.— dijo casi sin aire de correr.
—¿¡Qué!?— exclamaron tanto Harry como Ron mirándose entre sí.

—Debo... debo avisar al director, esperen aquí, haremos todo lo posible para buscar a la señorita Potter.— dijo también alarmada, yéndose de allí.

—¿Es una broma cierto?— preguntó Harry a lo que el platinado suspiró.— Dime que no es verdad, dime que mi hermana está bien.
—¡No lo sé! Esto es lo único que he encontrado cuando entre al baño de Myrtle.— dijo mostrando el diario.

Ron quien se había cruzado de brazos, lo analizaba determinadamente.
—Sabes más cosas, ¿cierto?— preguntó a lo que Draco lo miró curiosamente, con aire de superioridad.

—Si, se más cosas que vosotros, y creo que se como rescatar a tu hermana.— dijo extendiéndole las notas de la chica.
—Un... basilisco, ah... que guay.— murmuró el pelirrojo con mucho miedo.

—Que sabes exactamente.— interrumpió Harry ahora intentando sonar calmado.

Draco miró a Hermione para luego ir al papel.
—El monstruo es un basilisco, por lo que todas estas personas no lo han mirado a la cara.— dijo muy seguro.
—¿Por qué?— preguntaron estos.

—Par de tontos, si la come libros lo hubiera visto cara cara, estaría muerta. Como Myrtle.— siguió diciendo este.— Todo empezó con el gato de Flich.
—Y eso que.— dijo ahora Ron sin entender nada.

—Lo hizo Leah. Estoy seguro, después de haber salido del baño de Myrtle, por lo que deduzco que la cámara de los secretos está ahí. Al menos la entrada.— terminó de explicar este, dejando al dúo de Gryffindors sorprendidos.

Draco pensaba que se reirían de él pues las cosas que acaban de decir eran algo irreales y estúpidas, no obstante contaba con el factor salvar a Leah. Harry necesitaba ayuda, de quien fuera. 
—Bien, pero, ¿como la abriremos?— preguntó el azabache ahora siguiendo al Slytherin por los pasillos.

Al llegar al baño, Draco miró los lavamanos y las serpientes que habían por allí. De piedra de decoración.
—Hablando en pársel.— dijo este dándose cuenta de que Leah también podía hablarlo y era posible que hubiera sido la clave para abrir la cámara de los secretos.

Ron quien se encontraba en la puerta, sintió como alguien le quitaba la varita de golpe.
—¿Que creéis que hacéis?— preguntó una voz irritante apuntando a los niños.
—Salvar a Leah.— respondió Ron.— ¿Y used?

Gideon Lockhart miró a los tres chicos mientras se acercaba.
—Os acompañaré, como adulto responsable que soy... debo tener un notición. "Valiente Lockhart lo consigue de nuevo, salva a Leah Potter de su desaparición" o al menos lo intenta.— explicó con simpleza.

Harry frunció el ceño al escuchar al hombre decir, "o al menos lo intenta" y la verdad era que no se imaginaba no conseguirlo. No se imaginaba que pasara cualquier cosa y su hermana no saliera viva. No se imaginaba una vida sin ella.
—Apártese y váyase, ¿quiere?— dijo ahora el platinado apuntando al hombre.

—Oh rubito, no deberías haber dicho eso. ¿Sabías que soy experto en el conjuro "obliviate"?— dijo tirándose rosas a el mismo.
—No me diga.— respondió este con claro sarcasmo.

¡Obliviate!— gritó Lockhart, no obstante, al tener la varita de Ron la cual estaba más que rota, se auto hechizó dejándose K.O. en segundos.
—Y para su información, no soy rubio, soy platinado.— dijo Draco guardando su varita en su túnica.

Al estar todo en silencio, el Slytherin miró a Harry incrédulo.
—¿Quieres salvar a tu hermana o no?— le preguntó, dándole a entender que debía darse prisa y abrir la cámara de los secretos.

El azabache empezó a hablar pársel, haciendo que en ese momento, el enorme lavamanos, empezara a moverse y abrir sus puertas.

Los tres chicos se hicieron a un lado para ver como se todo eso, quedaba nada más que un agujero como entrada.
—Wow.— soltó Ron alucinado.

El platinado al ver esa entrada, llena de oscuridad, retrocedió lentamente pues le daba cierto respeto.
—¿Malfoy?— le preguntó Harry.

—Um... mejor que vayáis vosotros, ya sabes, eres su hermano, yo ni siquiera soy su amigo.— explicó negándose rotundamente.
—Necesitamos que vengas, Leah te necesita.— le dijo el azabache.

—No, que va.— siguió insistiendo este.— Además, mejor me quedo aquí... por si viene alguien y...
—Oh, ¿en serio? ¿Te vas a rendir ahora? Vamos Malfoy, no seas una gallina.— le interrumpió Harry haciendo que este levantara una ceja.

—No soy un gallina.— dijo el platinado algo molesto. El dúo de Gryffindors se miraron entre sí sonriendo, provocando más al chico.— ¡Que no lo soy!

Draco caminó hacia el agujero y sin pensarlo, se lanzó a la oscuridad. Desapareciendo de la vista de Harry y Ron que pronto también se tiraron.

Mientras, dentro de la cámara de los secretos, se encontraba Leah y el mismo Ton Riddle.
—Te dije que no me provocaras, niña.— dijo este mirando a la puerta.

La chica por otro lado, se encontraba muy débil. Tanto que no podía sostenerse de pie.
—Me llamo Leah.— consiguió decir esta.

—Cierto, Leah, que maleducado de mi parte. Hemos compartido tantas cosas que creo que nunca me olvidaré de tu nombre.— dijo este.

Gracias a la Slytherin, ahora la versión del joven Tom Riddle había cobrado vida, quitándole parte de la suya a la chica.
—Pronto te desmayarás... y luego, morirás, pero tranquila. Será como si estuvieses dormida.— siguió explicando este ahora fijándose en lo mal que estaba Leah.— Es una lástima, me caías bien.

—No lo conseguirás.— susurró ella pues no tenía fuerzas suficientes.

Tom por otra parte sonrió.
—Creo que ya lo he hecho. Adiós, Leah Potter.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora