XVIII. Cena extraña

4.1K 412 38
                                    

Una promesa es una promesa. Cómo bien lo había dicho Itachi, la matriarca Uchiha realmente quería conocerla y eso se confirmó cuando su puerta fue azotada con fuertes golpes durante, cuando ella tomaba una siesta de media tarde.

Se levantó molesta del sillón donde había dormido, camino a grandes pasos hasta llegar a la puerta. La abrió casi de una patada.

- ¡¿Qué quieres?! - Gruño a la persona de detrás.

- ¿Ya estás lista? - Pregunto la molesta y arrogante voz de Sasuke.

- ¿Lista para qué? - Devolvió la pregunta.

- ¿Itachi no te había dicho que nuestra madre quería conocerte? - Sasuke contraatacó, cruzándose de brazos y mirando a la Uzumaki con los ojos en blanco.

Los hombros de Naruko cayeron, había olvidado por completo lo que itachi le había dicho en la mañana. Aunque pensándolo bien el Uchiha no le había dicho cuando sería la dichosa cena.

- ¡¿Hoy?! - Pregunto alarmada.

- Si, hoy y ahora - Sasuke se tapó los oídos por el grito.

- Pero no me dijo que era hoy -

- No lo sé, tal vez lo olvido. Solo arréglate y vámonos - Hablo con fastidio, si no llevaba a la rubia su madre probablemente estaría enojada con el.

Naruko cerro la puerta en la cara de Sasuke, camino rápido hasta su habitación, se quitó su atuendo habitual y lo intercambio por uno casi igual pero limpio y sin arrugas. Tomo su cepillo del tocador y peino su desastroso cabello enredado.

Al final salió justo cuando Sasuke ya pensaba irse. Con un asentamiento y unos cuantos señales con la cabeza ambos se fueron corriendo hasta el distrito Uchiha.

Llegando a las puertas del distrito, Naruko se sintió algo nerviosa al ver la gran puerta de madera oscura con el logo Uchiha. Sasuke se acercó a los Uchiha que custodiaban la puerta, estos al reconocerlo no dudaron en dejarlo pasar, aunque hicieron una señal hacia la rubia, Sasuke solo contesto: "Es una amiga" y sin más se fue.

La caminata por el barrio Uchiha fue rara, la gente la seguía mirando y susurrando sobre ella, pero no eran insultos. Naruko era rubia, el resto de Uchiha eran mayormente azabaches o de cabello oscuro, así que Naruko resaltaba como una oveja blanca en un rebaño de ovejas negras. La mayoría de comentarios iban dirigidos hacia el extraño color de su cabello, único en Konoha o sobre como ella parecía ser alegre por su ropa con colores llamativos, incluso algunas chicas la había saludado con la cabeza, eso sí fue una sorpresa.

Naruko se dió el lujo su abrír la boca por la impresión, había llegado a la gran mansión propiedad de los monarcas del clan, y simplemente era una mansión enorme. Sasuke al llegar abrió la puerta como si nada y dejo los zapatos en la entrada, Naruko entro detrás de el, imitó las acciones del pelinegro y se quitó los zapatos.

La Uzumaki siguió al azabache hasta lo que parecía ser una gran sala, luego hasta el comedor donde Naruko pudo ver (hasta ahora) a la mujer más bella que jamás hubiera visto.

- Madre, traje visita - Anuncio Sasuke.

La mujer se giro a verlos, al instante ambos gennin tuvieron un escalofrío al ver el destello de emoción en los ojos onix de la matriarca Uchiha. Mikoto se acercó rápido al par, atrapó a la rubia en un abrazo que ninguno esperaba.

- ¡Mírate que grande eres! - Exclamó la mujer - Oh, lo siento, ¿Dónde están mis modales? - Se reprendió asimisma mientras dejaba el abrazo - Soy Mikoto Uchiha, un gusto conocerte - Se presentó la azabache.

Problema Con Los Uchiha... (Old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora