Parte 65

21.8K 2.2K 1.7K
                                    

⚠️Aviso de contenido: en este capítulo se hacen alusiones al suicidio.

***

En ese momento le odiaba, le despreciaba y aun así los instantes que pasé viéndole agonizar de aquella manera tan inhumana, desangrándose, abierto en canal, luchando por cada bocanada de aire, fueron también una tortura para mí. No le habría deseado aquello ni al peor de mis enemigos.

Por fortuna el viento helado de la montaña sopló, las antorchas se apagaron, un torbellino de nieve nos envolvió y en cuestión de segundos estábamos de vuelta en Madrid, sanos y salvos.

No aparecimos en medio del bar, sino en la calle que estaba justo detrás de este. Héctor debía haber salido por la puerta de atrás para huir de mí, y se había sentado en el escalón de un portal, casi en el suelo. Quizá se escondió allí con la idea de resguardar la parte de él que se quedaba en Madrid cuando notó que era la hora en la que iban a llevárselo. Tenía las piernas y los brazos encogidos, la mirada perdida, marcada por unas profundas ojeras y respiraba de forma entrecortada. Estaba pálido.

Entonces reparó en mí y de golpe se forzó a respirar profundamente, a calmarse, tratando de disimular. Seguía fingiendo. Nuestras miradas se cruzaron y se la aguanté, severa, frenando mis ganas de empezar a chillarle. Él ya no me miraba como hacía un rato, su expresión había cambiado completamente. Ya no se mostraba frío conmigo, no me esquivaba. Me miraba desolado, negando con la cabeza, consciente de que le había descubierto. Ahora sus ojos parecían suplicarme, pero yo no iba a caer. Estaba furiosa.

—Eres un cabrón asqueroso. Un mentiroso de mierda. Por eso cediste con tanta facilidad cuando te dije que te seguiría protegiendo la última vez que maté al águila, por eso me has llenado el móvil de apps y basura: para confundirme. Nunca pensaste dejar que te ayudara.

Se puso de pie y a punto estuve de darle un empujón de la rabia que sentía. No pude hacerlo porque él solo se cayó al suelo, como si se hubiera mareado. Su cuerpo podría volver intacto, pero que te desuellen, te devoren y te hagan agonizar de esa manera te tiene que romper la mente.

Tuve que apretar los puños y pegarlos a mi cuerpo para aguantar las ganas de ir hacia él y ayudarle. No debía hacerlo. Si le tocaba me ablandaría. Él volvió a ponerse de pie con dificultad. Supe que le costó por cómo sus dedos se aferraban a los ladrillos, pero mantuvo su expresión impávida, como si no le costara nada, como si no se acabara de caer.

—No vuelvas a seguirme.

Sonó mucho menos amenazador de lo que a él le habría gustado. Aún seguía débil.

—Mira, ya deja el show, Héctor. Se acabó tu numerito de "no necesito tu ayuda, soy un machote". Protegerte es mi puto trabajo y lo pienso cumplir. No voy a quedarme de brazos cruzados otra noche más mientras me vuelvo loca de angustia.

Me había escuchado atentamente mirándome a los ojos y asintiendo levemente con la cabeza. Parecía triste.

—Lo voy a solucionar, no vas a volver a pasarlo mal.

—¿Cómo vas a solucionarlo? ¿Como ibas a hacerlo la noche que me pediste perdón en el botellón? —Le clavé la mirada.

Se quedó paralizado, pálido y boquiabierto.

Durante mucho tiempo tuve la teoría de que aquella noche mi transformación fue tan brutal porque él iba a morir. Conforme pasaban las noches, me transformaba, e iba conociendo mi maldición, esa teoría cada vez me parecía más acertada.

La noche de Halloween, después de que Héctor se marchara del botellón, me convertí en gorgona como ocurría a diario: Las escamas, las serpientes, el huevo en la garganta... Cuando llegué a casa se me pasó, mi tía me echó la bronca, me fui a dormir y dos horas más tarde me desperté aullando de dolor. Fue la peor transformación que había sufrido nunca. Cuando me encerraron en el maletero y Héctor se puso en peligro para ayudarme la transformación también fue dura, pero no tanto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuervo (fantasía urbana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora