ꨄ︎Día 15: Trabajo de parto - Ereri

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Todo había sucedido demasiado rápido

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Todo había sucedido demasiado rápido..

Y ninguno de los dos estaba en realidad preparado para lo que les avecinaba pese a verse instruido desde hace meses atrás para estar listos a ese momento, porque en realidad no existía siquiera libro o tutorial alguno que preparase a la perfección a los padres para el momento en el que se avecinara la tan ansiosa llegada del nuevo miembro de la familia.

Como era de esperarse, no todos los eventos se suscitan como una planea, cosa que el joven Yeager tenía presente; en especial, durante ese instante en el que su auto se veía atrapado  en el tráfico del medio día.

-¡Mierda! - grito exaltado, recurriendo de nuevo a tocar la bocina del auto con tal de tratar de conseguir que el vehículo que estaba en frente suyo se moviera.

Todo parecía indicar que si el tráfico estaba peor que el de otros días era culpa de ni más ni menos que de un accidente de tránsito que se suscitó hace poco, motivo por el que la vía que le otorgaba un atajo hacia el hospital desde su trabajo se encontraba ahora obstruida, haciendo que se sintiera desesperado por ello y peor aún, cuando el timbre de su teléfono de nuevo volvió a resonar sin detenerse, contestando de inmediato al saber de quien y de que se trataba esa llamada.

-¡Estoy tratando de ir lo más rápido que puedo! - mencionó mucho antes de que la otra persona alcanzara a siquiera decir algo.

-¡Más te vale que sea así! ¡El enano gruñón te necesita en estos momentos a tu lado! - le gritó Hange al igual que en las otras cinco llamadas atrás que le había hecho.

No es que no haya querido estar con su prometido durante ese importante momento, sino que se suponía el momento del parto llegaría en siete días después, motivo por el que no vio inconveniente alguno en aceptar ir a una junta de emergencia de la compañía en representación de su pareja no sin antes asegurarse de que este último no quedara solo en casa pese a que él le recalcara con molestia una y otra vez de que no era necesario dado a que podía cuidarse solo.

¡Y ahora sí que agradecía el haberle llevado la contraria!

Porque de no ser por Hange, Levi no hubiera podido llegar por su propia cuenta al hospital más cercano por su estado y la vida tanto de la futura bebé que tendrían como la de él estarían en bastante riesgo.

-¡Lo sé, lo sé y lo sé! ¿Todavía no está lo suficientemente dilatado?

-No, apenas tiene 2 cm de dilatación pero el número de contracciones han aumentado y suceden cada diez minutos, siendo más fuertes que antes aunque tu enano quiere aparentar como si no le doliera nada. El médico indicó de que Levi aún no está listo para el momento del parto, por lo que tal vez tenga que incluso esperar horas para que eso pueda suceder. Sin embargo..¡eso no quiere decir que te puedes demorar sin límite de horario! Su temperamento está peor que lo usual al punto que ha roto dos juguetes antiestrés de un solo apretón y el único que puede tranquilizarlo eres tú.

Escuchar aquello hizo que le fuera inevitable el tragar saliva, sin siquiera poder imaginarse del todo la actitud que podría estar adoptando el azabache como para que hasta Zoë tuviera miedo al parecer, suponiendo entonces que el médico y las enfermeras o enfermeros estarían igual y eso solo significaba que incluso a él mismo le esperaba algo peor una vez que llegara por fin al sitio.

No obstante, ese aspecto era el que menos le importaba ahora, centrándose en hablar un poco más con Hange sobre el estado de Levi antes de acabar la llamada y centrarse de nuevo en tratar de encontrar una forma de salir del embotellamiento vehicular en el que estaba atrapado.

Para fortuna suya, los autos que estaban en frente comenzaron a moverse después de lo mucho que esperó, optando por conducir de inmediato con tal de encontrar una forma en la que pudiera desviarse y acceder a otra vía que tal vez estuviera menos transitada pero que implicaría que tuviera que recorrer más camino. No pensó en un inicio que esa particular disparatada y desesperada idea de último minuto sería efectiva;sin embargo, de no haberse arriesgado a hacerla seguiría aún atrapado en ese lugar y en estos instantes cada segundo y minuto contaba.

Fue de esa manera que consiguió luego de tanto el llegar hacia el hospital, importándole poco si el auto quedaba bien estacionado o no y decidiéndose enseguida a correr hacia el interior y dirigirse rumbo a la recepción.

-¡¿En qué habitación está mi pareja?! - soltó de pronto y sin pensar, ganándose una confundida mirada por parte de la encargada.

- Disculpe joven pero es necesario que me haga conocer el nombre del paciente para poder ayudarlo.

- ¡Levi Ackerman! Por favor, requiero que me lo indique cuanto antes

-Habitación 303, tercer piso

Con suma rapidez le agradeció a la encargada antes de volver a correr ahora en dirección al ascensor; sin embargo, al encontrarse este lleno de gente se decidió a cambiar su rumbo hacia las escaleras, sin importarle lo pesado que le fuera ese camino.

Necesitaba estar con su prometido cuanto antes

Por lo que en tiempo récord alcanzó a llegar hasta el tercer piso, buscando de inmediato la habitación correspondiente y claro que tuvo unos cuantos problemas en ello, sobre todo por los diferentes pasillos que habían al ser ese un hospital de gran tamaño. Por suerte pudo encontrar a uno de los guardias, quien enseguida le indicó la parte en donde se hallaba la habitación de modo que fue gracias a eso que ahora estaba frente a esa particular puerta con la inscripción "303". Debía admitir que una parte de él tenía algo de temor de lo que sea a lo que pudiera pasar una vez que abriera la puerta, al fin y al cabo era un padre primerizo y en menos de lo esperado tendría que presenciar el parto y posterior nacimiento de su pequeña.

No obstante, escuchar el quejido de dolor proveniente de la persona que más ama en el mundo provocó que que toda duda se fuera y abriera la puerta para entrar cuanto antes, ganándose las miradas de todos los presentes en el lugar salvo del azabache, quien mantenía sus ojos cerrados mientras clavaba sus uñas en la parte del asiento donde sus manos se recargaban.

-¡Hasta que llegas! - le reclamó Hange aunque por las circunstancias ni siquiera se atrevió a darle una justificación, optando por dirigirse de inmediato con su pareja y tomar una de sus manos con delicadeza.

-Ya estoy aquí, lo siento por haber tardado tanto.

-Tsk, mocoso..- el contrario volvió a abrir sus ojos para verlo, teniendo una expresión que demostraba con facilidad el dolor que estaba sintiendo en esos momentos. Todo parecía indicar que las contracciones además de suscitarse con mayor frecuencia, ahora también habían incrementado su intensidad - por un momento creí que te perderías el nacimiento de tu hija.

- Por nada del mundo lo haría - expresó antes de darle un delicado beso en la palma de su mano - Si eso hubiera llegado a suceder jamás meo habría perdonado. No quiero fallarles a ninguno de los dos.

La dilatación hasta ese momento no era del todo suficiente para el parto, motivo por el que aún se vieron obligados a esperar por más tiempo. En medio de todo ello su principal enfoque fue su pareja, a quien lo ayudaba con los ejercicios de respiración, con unos cuantos masajes o a caminar un poco con tal de tratar de hacer que el trabajo de parto fuera menos doloroso. Y así estuvieron hasta que el médico tras revisar con detenimiento al azabache mencionó aquellas palabras clave que incrementaron los nervios de los dos de golpe.

Ya es hora..

ꨄ︎[ Un nuevo miembro en la familia] - Agosto MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora