Chaennie - Los Angeles, California.

Los Angeles, California. ¿ Recuerdas Tailandia?

-Rosie, contesta...- insistió Jennie al ver que Chae se había quedado estática en el marco de la puerta

Rosé había escuchado claramente la primera vez que Jennie preguntó, e incluso había sido claro su primer discurso dónde Jennie le enlistaba una lista de reproches, que por cierto todo aquello que mencionó Jennie era cierto. Solo que Rosé realmente no podía decir nada, fue como aquella vez que justo estaba recordando minutos atrás, la noche en Tailandia cuando por fin Jennie regreso a la habitación y Lisa se había marchado ninguna de las dos dijo una palabra del beso que estuvieron a punto de darse, cuando rosé le abrió la puerta Jennie llego y se metió inmediatamente a la cama apagando la lampara de mesa, Chae entro al baño un segundo y al salir de este vio a Jennie acurrucada en un extremo, aun así se metió a la cama cuidadosamente he hizo un movimiento suave para aproximarse a la castaña. Chae sabía que Jennie no estaba dormida y Jennie sintió como Chae se deslizo un poco para aproximarse a ella, en aquella penumbra donde el silencio reinaba y el ambiente pesado se podía palpar Jen escucho el ligero sonido que hizo Chae al lamerse los labios para luego respirar suavemente hondo y justo cuando sabía que saldrían las palabras de la boca de Chae en un acto de cobardía , miedo y apenas como un susurro perceptible para Chae, Jennie exclamó.

-Buenas noches, Rosie-

Rosé al escuchar esto sintió como si decenas de lanzas la atravesaran, se quedo paralizada un momento , quiso distinguir la cara de la castaña entre la obscuridad, buscaba un gesto o una seña que le indicara que a pesar de lo que había escuchado podía acercarse, pero no encontró nada. Jennie ni siquiera se había movido una pulgada de su lugar por lo que después de segundos que a Jennie le pareció una eternidad Rose se giro para el lado contrario hasta el extremo posible mas lejano de Jennie dándole la espalda y tragando saliva esforzándose por no titubear respondío:

-Buenas noches, unnie-

Jennie sintió un vació al escuchar la palabra "unnie", en otro contexto tal vez no le habría prestado atención pero ahora la sentía como si viniera de alguien ajena a ella, sin nada especial, simplemente vacía. Mordió su labio inferior cuando sintió lagrimas salir de sus ojos y se reprendió a si misma porque sabía que Rosé había estado dispuesta a acercarse y platicar de lo que había sucedido, tal vez le diría que también quería besarla, que hacía tiempo que no salía de su cabeza, que también sentía mariposas cuando se acercaban en los conciertos que si ella no hubiera pedido el cambio de compañera de cuarto hubiera encontrado la manera de estar a solas etc. Las lágrimas de Jennie corrían al estar pensando todo esto, sabía que al haberle dicho buenas noches a rosé justo cuando hablaría había acabado con la posibilidad de que rosie se abriera, habría acabado con la posibilidad de que tal vez algo de lo que ella sentía fuera correspondido, se consoló creyendo que todo esto lo podría superar, que sería capaz de volver a ver a rosie como antes, pero lo que no podría aguantar era la posibilidad de que Rosie le dijera que fue un error el casi haberla besado, que no le correspondía , que no estaba cómoda con todo aquello , Jennie podría lidiar con la incertidumbre de no saber si rose le correspondía , pero definitivamente no podía con la idea de perderla por una imprudencia ... Y pensando en todo esto Jennie se quedó dormida al igual que rosé quien desde el otro extremo sentía aún como su corazón dolía, pero decidió que era mejor eso que obligar a Jennie a hablar de algo que seguramente no le interesaba. Así concluyo aquella noche en Tailandia donde solo las luces de la ciudad de noche fueron testigo de lo que sucedió.

-¡Vaya! fue una impresionante lista de reproches Jen!- exclamó rosé un poco irónica apartándose del marco de la puerta del baño, evadiendo a Jennie a su paso para después sentarse sobre una de las esquinas de la cama del cuarto Jen tomando su tableta .

 Extrañamente al recordar la manera en que Jennie termino todo aquella noche en Tailandia y como prácticamente después se comportó durante todo el viaje y los días siguientes como si nada hubiera pasado revivieron viejas heridas que rosé siempre había guardado respecto a aquel acontecimiento, aprendió a ignorar los resentimientos y ha dejar de darle vueltas al asunto de Jennie, aprendió a no buscar los meses siguientes en la mirada de Jennie cada que se cruzaban una señal o una respuesta, entendió que aquello fue un juego para Jennie que después decidió ignorar y ahora al ver a la castaña reclamándole situaciones personales y viendo en su mirada como suplicaba por una respuesta recordaba como ella en aquel tiempo la miraba de la misma manera y solo recibía miradas esquivas de la que ahora parada frente a ella exigía una respuesta.