Capítulo 9

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SEOKJIN

"Hasta cuándo este valle de lágrimas, a donde yo nunca dije que me trajeran..."

Cierro el libro y caigo en cuenta de lo triste y fúnebre que me parece; últimamente es así cada línea de los libros que leo, razón por la que acabé leyendo un poemario que elegí al azar en la librería del mercado cercano al hospital.

—Seokjin —vi la mano de Jungkook opacar mi campo visual, me extendía un vaso de café—, ¿qué tal?

—¿Cómo te contactó mi hermano para su trabajo de la universidad? —pregunté de repente, sin mirarlo.

—Te buscaba acá —tomó un sorbo de su propio vaso, arrugando el seño en el acto—, preguntaba por ti y le dije que no estabas. Ese día acompañaste a la comisión de fiscalización, nadie debía interrumpirte, y como me dijo que era tu hermano me ofrecí a ayudarlo... Ese día no sabía si podía decirlo tal cual, por eso...

—¿Por qué a esas horas? ¿Por qué no fue a mi casa?

—Me pidió que no te dijera esto —rió, aún con su vista al frente—, pero tenía hasta ese día para entregar ese reporte.

—Y no lo hizo antes, qué muchacho tan irresponsable —reí, guardando por fin el libro en mi maleta—. Gracias por tu amistad, Jungkook —dije arrepintiéndome al instante.

—Oye —se escurrió un poco de café por sus labios, se limpió con el dorso de la mano—, nada de eso, no te pongas cursi —rió—. Gracias a ti más bien, no todos los días uno asciende de puesto por pura afinidad.

—No digas eso —lo empujé, ambos reímos—, pueden pensar mal.

—Cierto, ¿qué tal va Amy?

—Va bien, está tranquila —pensar en ella me hacía pensar en Namjoon, por lo que recordaba todo lo que había pasado—. He leído más estos días...

—Yo también, ahora leo un libro, pero es juvenil, mucho drama empalagoso, pero igual está entretenido, no sé...

—Drama empalagoso... —mencioné pensando—, sí, cosa de adolescentes —volví a reír nasalmente—. Con Namjoon...

—Oye, si no quieres hablarlo ahora no tienes que...

—Es que sí quiero. Estoy harto de fingir que no me importa o que no me afecta —bajé el cuerpo y me sostuve la cabeza, sintiendo desesperación de repente—. Lo que me hizo me dolió muchísimo, ¿por qué me hizo eso?, ¿yo qué le hice?

—Tranquilo —me ayudó a levantarme y, yo aún con la cabeza gacha, me dejé guiar por él y terminamos entrando a uno de los baños del lugar—. Seokjin...

Algunas personas salieron, vi el paso de sus pies, y luego Jungkook cerró la puerta. Me arrecosté en el lavabo. Él se quedó frente a mí, mirándome y yo sintiéndome tan avergonzado con ello traté de retener las lágrimas. No pude. Estaba llorando cuando me había propuesto no hacerlo más.

—Es que no lo entiendo... —solté con voz temblorosa— ¿Debía dedicarle menos tiempo al trabajo?, ¿es eso?, ¿eso era lo que quería? Este lugar me consume, me esforcé por este puesto, debía estar feliz por mí. Cuando le conté que lo había logrado me felicitó de tan mala gana... ¿desde antes de eso me engañaba o...?

—No lo pienses tanto, que él te fallara no es tu culpa —me tomó de los hombros—, pero ni siquiera lo has hablado con él, ¿o sí? —negué, aún sin mirarlo—, ¿ves? Quizás hay algo más y si quieres saberlo tendrás que hablar con él sin que signifique volver o construir una amistad, ya verán eso luego, pero... hablen para que puedas despejar tus dudas y estés más tranquilo.

Lo miré, él me sonreía y descubrí que hace mucho no estaba tan cerca de alguien.

—¿Cómo no nos conocimos antes...? —reí y él me soltó.

—¿Por qué? ¿Ahora te estás enamorando de mí? —negué riendo y él se tocó el pecho, dramatizando— ¿Cómo que no? ¿Por qué no?

—Tú haz de cuenta que no dije nada —me lavé la cara mientras él se adelantaba a salir.

•••

Había citado a Namjoon a las siete en punto de la noche en el bar en el que trabaja Hoseok, aunque hoy él no estaba de turno. Ya eran siete y once y él aún no llegaba.

Mi mente comenzaba a divagar por los peores posibles escenarios. Era como si quisiera dejar todo esto atrás. ¿Tanto me dañó esta situación?

—Perdón la tardanza, Seokjin —Namjoon se sentó frente a mí dejando unas bolsas de papel grandes en el piso—. Anduve dejando documentos. Cambio de gobierno y... ya sabes —su aparente entusiasmo disminuyó y posó sus manos en la mesa—. Envié el acta de divorcio al estudio del que se envió, no te preocupes —anunció sin que yo le mirara.

—Sí supe —de nuevo esa molestia en mi garganta—, en fin, ya acabamos con ese tema —tomé un poco del jugo de mi vaso y ahora sí lo miraba—. Namjoon, no quiero que me veas como un infantil o alguien que no se valora a sí mismo por lo que voy a decirte, pero es que no puedo más con la curiosidad.

—¿Qué es? —se arrecostó a la mesa.

—¿Qué hice mal? —en su rostro vi confusión, así que continué— ¿Qué hice mal para que dejaras de quererme y tengas que irte con otra persona? —pregunté tratando de disfrazar la cólera que aquel pensamiento me hacía sentir.

—Seokjin, me odiarás si te lo digo...

—Ya te odio —dije sonriente volviendo a mirarlo, según yo, eso me ayudaría a retrasar las lágrimas que ya amenazaban en salir por lo abrumado y burlado que me sentía—. Solo dilo.

—Fue por celos —contestó él, perdiendo la mirada en uno de los puntos del lugar—, me da mucha pena contártelo —rió avergonzado—. Fue una tontería.

—No te estoy entendiendo —solté con disgusto.

—Te vi con Jungkook —ahora estaba realmente confundido.

—¿Y nos viste hacer qué? —bajé los brazos de la mesa, reí con ironía.

—Lo escuché decirte que si esa noche irían a comer "como siempre" —hizo comillas con los dedos— y tú solo llegabas a casa a dormir, a veces ni llegabas, ya no me hablabas, incluso parecía molestarte... —giró la cabeza, no pude verle la cara.

—Y eso te hizo pensar que yo... —completé con incredulidad.

—Creí que me engañabas...

—Si ibas a vengarte de mí, me lo hubieras hecho saber al menos —para este punto ya tenía las cosas claras, todo conectaba en mi cabeza, podía levantarme y simplemente irme, pero me sentía en la necesidad de encararle ciertas cosas.

—Estaba algo borracho y... —apoyó su brazo en la mesa y sobre este, su quijada.

—¿Y no piensas pedirme perdón? —no sabía porqué de repente soltaba algo así, se supone era de las cosas que... ya no me importaban.

—¿Habrías aceptado mis disculpas?

—No, pero me hubiera gustado saber que yo aún te importaba lo suficiente como para hacer algo tan mínimo como pedirme perdón —no hallaba sentido a mis palabras, así que solo me levanté rápido y me dirigí al baño del bar, no queriendo pasar más vergüenza.

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Subo esto siendo navidad, entonces... feliz navidad. Esto en cinco capítulos más acaba. Para año nuevo esto ya habrá terminado... Hasta luego.

Espergesia • [NamJin]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang