Nuestra participación a tres retos Taletober 2022 (de mano de EcosDeTinta, Huecoliterario e inkarnate) cuenta el viaje de un soldado que, caído en batalla, lucha por regresar a la vida... y a su familia. ¿Pero quién es, y cuál es su historia? Cada...
El gran astro se puso, salió y volvió a ponerse, y los brujos no dejaron de trabajar. Los supervivientes de la batalla eran pocos, y estaban muy enfermos. Las heridas estaban infectadas, los pulmones debilitados, las mentes delirantes. La magia ayudaba... pero no lo suficiente. Nunca era suficiente.
Tantos muertos. Tantos cuerpos alimentando la podredumbre de aquel paraje enfermizo. Tantos huesos.
—Aithne. —Liam le puso una mano en el cuello, y ella se permitió un momento, solo un instante para apoyarse en él, para retomar fuerzas—. Tienes que parar un poco. Tienes que descansar.
—Lo haré —prometió ella con un hilo de voz, pero entonces un soldado de lealtad incierta comenzó a tener compulsiones, y todas las promesas quedaron en nada.
El gran astro salió de nuevo, y cuando volvió a tocar la tierra en el horizonte, un joven —apenas un muchacho imberbe, de rostro infantil y pelo castaño— dejó de respirar.
Aithne suspiró, cerrando los ojos. Otro más. Otro caído en una guerra de odio. Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban, la bruja abrió sus párpados y cerró los del chico. Le acarició la frente y le mostró una última sonrisa.
—Buen viaje —susurró una despedida hacia el espíritu que partía ya hacia el nuevo camino que se abría ante él, muy lejos del dolor, la enfermedad y la pena.
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