| 3 | LOVE: UNA NOTA MÁS ✔️

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Decido detallarlo de nuevo cuando no dice nada y se queda únicamente mirándome, haciéndome preguntarme si tal vez me equivoqué y es...

—¿Eres Ethan o...?

—¿Cómo sabes mi nombre? —Frunzo el ceño enseguida, dando un paso atrás por inercia.

—¿Qué? —pregunto.

Guarda silencio y me detalla en un rápido vistazo.

—¿Me conoces? —pregunta él con gesto neutro. No consigo saber si miente o no.

—¿Tú...? ¿Tú no...? —Recuerdo que debo respirar y lo hago—. ¿No sabes quién soy?

—Eres la chica a la que Ricardo tiene entre los ojos, lo sé. Fui yo quien dejó el ramo en tu casa la otra vez con la carta de amenaza.

Me siento perdida. Él... ¿No me reconoce? No, no lo hace.

—Ethan, yo... —empiezo, pero niega haciéndome callar.

—Realmente no importa cómo me conoces. No tenemos tiempo. —Se saca las manos de los bolsillos del buzo—. Estoy aquí porque necesito tu ayuda.

—¿Mi ayuda?

No entiendo nada.

—Sí.

Sus ojos impactan con los míos en una mirada oscura, atrayéndome hacia sí... Hacia la oscuridad.

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Toco la puerta y cuando Jake abre, no puedo ver su cara porque llevo dos almohadas enormes en los brazos. Entro y me estrello con la pared, pero las almohadas hacen que rebote y no me lastime. Escucho su risa baja y luego me quita las almohadas, mirándome un momento a los ojos con un tinte de diversión antes de caminar a la cama y dejarlas ahí.

—Tardaste.

Me encojo de hombros y me acerco a él.

—La recepcionista te ama y estuvimos hablando de ti. No podía ser grosera, así que solo le sonreí mientras me decía lo sexy que es mi novio.

Me hace mala cara y vuelvo a encogerme de hombros.

No miento con eso último porque sí sucedió así después de haber regresado al hotel por la misma puerta del callejón.

Me hace un gesto coqueto y tira de mi cintura, pegándome a él.

—¿Y no te pusiste celosa? —Baja el rostro y me empino un poco, mirándolo a los ojos.

—¿Debería?

Se muerde el labio y sonríe un poco, bajando la mirada a mis labios un segundo y luego volviéndome a ver a los ojos.

—Para nada.

Me besa y enredo mis manos en su cabello. La mente trata de jugarme en contra y recordarme lo que sucedió en aquel callejón, pero no la dejo hacerlo y vuelvo a recordarme a mí misma con quien estoy ahora.

Me levanta y envuelvo mis piernas alrededor de su cintura, rodeando su cuello también con los brazos. Lleva las manos a mi trasero y aprieta con fuerza, haciéndome gemir sobre sus labios. Vuelve a besarme y entrelaza con más fuerza mi lengua con la suya, negándose a soltarla mientras me besa su modo, siendo dominante y rudo.

Nos dejó caer a ambos sobre la cama y después se apartó, pero no quise que lo hiciera, así que me senté y lo atraje de nuevo hacia mí. Sonrío contra mis labios y volvió a besarme, luego se alejó de nuevo y se acercó al interruptor de la luz, dejando la habitación en una completa oscuridad cuando volvió a ubicarse encima mío. Esta noche había luna llena y la luz que entraba por las puertas del balcón iluminaba nuestros rostros.