Capítulo 5

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Camila's POV

Al abrir los ojos, Lauren estaba durmiendo como un bebé a mi lado. Llevaba puesta una camiseta de manga corta blanca con algo escrito en ella, pero no me fijé bien qué era. Eran las ocho de la mañana, y a las nueve empezaban las consultas.

No podía dejar de observar a Lauren durmiendo a mi lado, pero debía levantarme. Intenté quitarme los brazos  y me senté en la cama, escuchando uno de los quejidos no tan extraños de Lauren.

-¿Camz? –Dijo en voz baja con tono ronco, a decir verdad era sexy y nadie me había llamado así antes. -¿Dónde vas..? –Preguntó abriendo los ojos, quedándose adormilada de lado en la cama.

-Tengo consulta, cielo. –Susurré inclinándome para darle un beso en los labios que ella casi no respondió, y le acaricié la mejilla.

-No te vayas...  -Me pidió cogiéndome del brazo, y se volvió a adormilar abrazada a mí. Separé un poco el rostro y vi como volvía a estar dormida, así que la fui soltando poco a poco, para que quedase tumbada en la cama. Era como una niña pequeña, daban ganas de quedarte con ella y abrazarla para que no tuviese frío, para que no se sintiese sola pero, debía irme. La tapé hasta la cintura y besé su frente, saliendo de la habitación hasta el salón donde me vestí rápido.

Salí corriendo hacia el coche, porque era media hora de camino y mientras encontraba aparcamiento, darían las nueve.

El atasco en Los Ángeles solía ser algo recurrente, y me pasaba los minutos escuchando música hasta que las carreteras se despejaban y me dejaban llegar al hospital. Tuve suerte y encontré aparcamiento en el parking del hospital, solía estar siempre saturado.

Ya en la cafetería, sólo tuve tiempo de pedir un café y subir directamente a la consulta, ponerme la bata y beber el café, recogiéndome el pelo en una coleta para estar un poco más fresca.

Los pacientes entraban y salían, todo rutinario, nada fuera de lo normal. No eran esas estresantes consultas de urgencias en las que tenías que estar de pie un buen rato para curar heridas o cosas por el estilo. Aquí lo máximo que hacía era rellenar recetas, y explorar a los pacientes de la forma más superficial posible.

Una consulta tras otra, dieron las una de la tarde, justo para comer. Dejé todo lo que estaba haciendo y me senté en el comedor del hospital, justo al lado de Ally y Dinah.

-Estás absolutamente perdida. –Soltó Ally nada más que me senté en la mesa, partiendo el cuchillo y el tenedor de plástico que estaban unidos.

-Lo siento, he estado liada. –Dije excusándome con una sonrisa, mientras la mirada de Dinah estaba posada en mí con los ojos entrecerrados.

-¿Qué has estado haciendo? –Preguntó la rubia, mientras yo me metía el primer trozo de filete con verduras en la boca. Tosí un poco ante la pregunta porque, no sabía qué responder.

-Mmh.. –Mastiqué un poco, pasándome la lengua por el labio. –He conocido a alguien, sólo eso. –Me encogí de hombros y seguí comiendo.

-¿Quién? –Preguntó Ally sonriente. Llevaba esta vez uno de esos uniformes de enfermera típicos azules, pero el suyo esta vez llevaba un montón de colorines por todas partes.

En ese momento, mi móvil comenzó a vibrar. Fruncí el ceño y lo saqué, viendo que era Lauren.

-Es ella, un segundo. –Ally miró a Dinah y yo me levanté de la mesa, tragando un poco e intentando sonar lo más normal posible al estar comiendo.

room 72; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora