| ʀᴇᴛᴏ ɪɴꜱᴛᴀ-ʟᴏᴠᴇ 2022 |
Un cliché es una idea, frase o expresión que ha sido usada en exceso, por lo que pierde novedad y originalidad.
Aquí exploraremos distintos clichés pero sumándole el trágico y angustioso emparejamiento de Gabriel y Nathalie...
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Ser buscador de reliquias antiguas no era un trabajo como tal, había que tener pasión, astucia y pasión por las historias; además de destrezas físicas y mentales para cada aventura que se aproxime.
A Nathalie le gustaba esta vida, no anclarse en un solo lugar y descubrir los misterios que este mundo tiene que ofrecer; oír una historia o leyenda para ir ahí a comprobar si aquel místico artefacto existía, el reto, encontrarlo.
Durante una de esas aventuras se encontró con otro aventurero, normalmente por los peligros que hay uno acostumbra a viajar solo, pero aquella ocasión para escapar de aquel lugar infestado por trampas fue necesario la unión de ambos; lo que pronto termino en una gran amistad.
Mientras están a bordo de un camión de transporte no puede dejar de preguntarse si esto es buena idea o no.
-¿Estas segura que tu amiga es confiable? -La pregunta casual disfrazada de curiosidad.
-Han pasado años desde la última vez que vi a Emilie -Encoje sus hombros-, es de fiar.
-Sigo sin creerlo, tú tienes amigos. -Usa un tono extremadamente burlón, asegurándose que está bromeando.
-Aunque lo dudes, sí, tú eres uno -Divaga-, rechazaría la oferta pero me ha asegurado que me desmayare al escucharla.
-Sino me desmayo también, no valdrá la pena -Nathalie ríe-, pero siempre es un gusto acompañarte.
Normalmente era seria y prudente, nunca le ha interesado la atención masculina; por ello ha permanecido en soltería por demasiado tiempo, además muchos hombres no ven correcto que una mujer vaya por el mundo como le plazca.
Pero conocer a Gabriel le dio un vuelco en su vida, desde la primera vez que lo vio en aquella cueva, el fuego ardiente alumbrando su rostro y aquel vestuario de buscador de peligro encendió algo ahí.
Desconocía porque alguien de familia dejaba todo para irse de explorador, sumando lo inteligente y perseverante que era; es una maldita caja de sorpresas con sonrisa de ensueño, empeoró completamente.
¿Cómo hacerle ver al hombre que su corazón le pertenecía?
Nathalie agradece que este tan concentrado en sus pensamientos, de ese modo puede admirarlo discretamente; su cabello fuera de lugar un tanto despeinado pero a él no le preocupa, sudor por su frente que trata de limpiar pese a que otra gota lo remplazara.
Su ropa está sucia y polvorienta, tiene esa manía de que como es el hombre aquí él debe hacer todo lo pesado, normalmente le molestaría pero en Gabriel se siente más como una conducta y no una debilidad.
Teme tanto no estar preparada para esta aventura que es el amor de Gabriel.
-¿Y bien? -Liberada de su ensoñación parpadea en varias ocasiones.
Apenada aclara la garganta -Me distraje, ¿Qué decías? -Las cejas de Gabriel se juntan, marcando su entrecejo, ofendido aun asi está dispuesto a repetir.
