Capítulo 21

742 96 19
                                    

"Las lagrimas nacen del corazón, no del cerebro".

Leonardo Da Vinci.

NARRADOR OMNSCIENTE.

-¿Es en serio que te vas a arrepentir luego de haberlo hecho? -preguntó Joy.

Rosé se puso en la orilla de la cama y cuando se terminó de colocarse sus tenis, se paró y la observó. Estaba sentada en la cama, envuelta en una sábana, la cual antes a Rosé la volvía loca, ahora no le daba más que asco.

-Esto... lo que pasó fue una equivocación, no recuerdo haberme acostado contigo. Si justo ayer te estaba diciendo que no iba a volver a caer -dijo, con frustración.

La otra sonrió son suficiencia.

-Estás conmigo porque soy la única, Rosé, la única que te puede dar el mejor...

-¡Cállate! -le gritó, sin permitirle terminar. Joy apretó los dientes-. No eres nadie en mi vida, y te dije que no te metieras más conmigo. Ya Hyunjin está sufriendo lo suficiente por nosotras.

Rosé había tratado por todos los medios de alejarse; pero era imposible. Joy siempre la buscaba y esta recibía la culpa, cuando no era así. Noche anterior Rosé había ido a un bar con sus amigos, y resulta que cuando despertó estaba en la cama de Joy, desnuda, pero ella no recordaba haber tomado tanto para que eso pasara.

-Soy todo, Rosé -se colocó de pie, aun rodeadas por las sábanas. Rosé dio un paso atrás, evitándola y con una mirada dura-. Soy tu vida, estas a mis pies. Jamás, Rosé, jamás te vas a enamorar de alguien como te has enamorado de mí.

-No estoy enamorada de ti, Joy -afirmó, mirándola a los ojos-. Dejé de estarlo desde que descubrí que estar con una persona no te bastaba.

Se mofó, -Pues no, no me basta, y Hyunjin es sólo un idiota más. Prefiere creerme a mí, y claro, me ama tanto.

-Algún día se le caerá la venda de los ojos, porque tú no eres más que una...

Se quedó por mitad. Joy la retó con la mirada.

-Termínalo. Dime lo perra que soy al acostarme contigo y con tu hermano -Rosé desvió la mirada-. Mírame, Rosé. Mírame -no lo hizo, no la miraría a los ojos-. Grítame lo mal que estoy. Pues sí, lo soy, porque me gustas tú y amo a Hyunjin. Me das placer y él amor; y los tengo a los dos.

-No, Joy, a mí me dejaste de tener hace mucho tiempo. Y estoy segura de que me emborrachaste o me drogaste, porque en un estado de sobriedad, jamás. Escúchame muy bien, jamás me hubiese acostado contigo, ¿quedó claro? -Rosé fue a por su cartera y sacó unos billetes-. Y si es cierto que me acosté contigo, aquí está tu pago -dijo de manera fría, tiró unos billetes a la cama-. No vales más, porque no eres más que eso, una mujer que toma a las personas como su juguete.

***

Habían pasado tres días de la pelea, y Eunwoo había estado yendo a la casa de Jennie a pedirle perdón. Los padres de Jennie no se enteraron del problema y Jennie tampoco tenía ganas de decir nada, porque defendería a Eunwoo, seguro diciendo que Rosé lo había provocado. Sí, no importa si es mujer, Eunwoo es Eunwoo para ellos.

Y esos mismo tres días habían pasado en los que Rosé ni siquiera había mirado hacia la casa de Jennie. Sus padres y su hermana iban a la iglesia, pero Rosé no. Se encerraba en su habitación, se ponía sus audífonos y leía un buen libro. Nada más, era un buen pasatiempo, y por nada del mundo abría la ventana.

Amando la terquedad de tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora