눈물 ; 𝗶𝗶

89 36 2
                                    

─Llegas tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─Llegas tarde. ー Soltó con su monótona voz el hombre mayor que la miraba buscando rastro de algún crimen. 

─Sí, tomé el camino largo. 

Es fascinante como pareces mejorar al mentir mientras más frecuentemente lo hagas. Aprendes a leer los signos en la gente. Ella lo veía. Esa pose de desconfianza. 

─Por cierto, te dejé el reporte del presupuesto para el festival deportivo en tu escritorio. ー Y sin más, se retiró a su habitación. 

Estaba molesta. Bueno... Quizá solo un poco consternada. Pero ella lo confundía con ese sentimiento. 

¿Cómo se había atrevido a permitir que su padre las acompañara? 

Todo el tiempo fue malgastado, al menos para sus ojos. Había estado tonteando con ella durante esas escapadas. El encuentro con su padre le había quitado un día. Y para cuándo se dió cuenta de que estaba enojada por no poder pasar tiempo con la rubia, se frustró. 

Era frustrante porque no se suponía que debía ser de esa forma. Sintiéndose perdida y necesitada. 

Tomó un baño largo. Tan largo como pretendía que fuera. Incluso tuvo que recordarse a sí misma que dormir dentro de una tina no estaba entre sus opciones si planeaba tener una vida medianamente larga. Tomó su toalla y buscó entre sus cosas la pijama más cómoda que pudo encontrar. 

Entonces decidió dejar de ignorarlo. 

Justo en medio del camino a su cama. Dejó de mover sus piernas y miró al fin el enorme regalo que ocupaba gran parte de su alcoba. 

─Pudiste encontrar algo más compacto. ー Pensó en voz alta con molestia y una pizca de resentimiento en su voz. 

"Un oso" 

No tenía ninguna clase de sentimiento molestó en su estómago hacia ese muñeco de felpa. Pero aún tenía esa pila de cartas sin abrir. Escuchó un click a lo lejos. Decidió ignorarlo en lo que terminaba de abotonarse la camisa de su pijama. 

Miró los enormes ojos del peluche; atormentandola. Casi juzgandola por apartar a su padre. ¿Quién tenía la culpa? Ella solo reaccionó como su inocente niña lo había considerado mejor. Quizá con un poco de madurez habría aceptado que ese hombre no era feliz de la forma en la que vivía. 

Volvió a escuchar el anterior golpeteo. Esta vez pudo reconocerlo. 

Sin temor o alguna expresión, siguió el ruido hasta su ventana. Apartó las cortinas y miró con ganas de reír a la chica con el pelo alborotado detrás del vidrio. 

"Abreme" pudo leer en sus labios. 

Hacía un frío infernal afuera. Estaba realmente loca haciendo esas cosas. 

Cerró la cortina y escucho un "hey" un poco alto de la rubia que estaba moviendo su mundo. Decidió abrir por fin su ventana. 

─Explícate. 

𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞 𝐨𝐟 𝑡𝑒𝑎𝑟𝑠 ; ysh & ssjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora