34

291 18 0
                                    

Casiopea.

Al entrar a la sala común de Gryffindor noté que todos dentro me observaban, quizá porque aún llegaba el uniforme cubierto de sangre.

Busqué a Harry con la mirada y lo encontré con Ron y Hermione, sentados junto al fuego.

El primero que se percató de mí presencia fue Ron, quién alzó una mano y me hizo señas para que me acercara a ellos.

Harry volteó y me sonrió antes de ponerse de pié y acercarse a mí.

—¿Podemos hablar en algún lugar solos?—pregunté cuando nos separamos un poco. Él asintió y me guió a su habitación.

—¿Estás bien?—fue lo primero que dijo al sentarnos en su cama y tomar mí mano—. No es necesario que me cuentes si no te sientes preparada, solo quiero saber cómo estás.

—Yo... No lo sé—admití en voz baja, casi un susurro que solo fue audible para Harry—. El profesor Snape me contó un poco... Lo que quise escuchar hasta ahora. Sigo pensando que es una locura, por un momento llegué a pensar que me odiarías...

—¿Odiarte Cassy?¿Cómo sería capaz de hacerlo? Eres mí hermana, no importa lo que digan los demás o quienes sean nuestros padres. Tú siempre serás mí hermana y yo siempre seré tu hermano.

Intenté ignorar mis ojos cristalizando se, pero me fue imposible una vez que Harry me envolvió en un abrazo.

No dejó de acariciar mí cabello mientras yo le contaba todo lo que el profesor Snape me había contado a mí.

—¿En dónde habrás estado?—preguntó luego de estar unos minutos en silencio procesando la información—. Quiero decir... La noche en que pasó. Snape dijo que estuviste con un amigo de nuestros padres además de con él. ¿Quién crees que será?

—No lo sé —suspiré—. ¿Quieres ir a desayunar? Aún es algo temprano, pero podemos ir a las cocinas.

***

—¡Vamos, Cassy, apúrate o perderemos el tren!— Regulus me gritó mientras Theo me tomaba la mano para subir al carruaje.

En esta semana no se separaron de mí en ningún momento. Incluso pasaron algo de tiempo en la sala común de Gryffindor para poder hacerme compañía.

—¡Te dije que ya voy, deja de gritarme!

—¡Lo siento!

—¡Potter!— la voz de Cedric llegó a mís oídos e instintivamente solté la mano de Theo, quién volteó los ojos y siguió su camino hacia el carruaje donde Regulus nos miraba con mala cara—. ¿Te ibas a ir sin despedirte?

Sonreí al notar que se acercaba a mí y me abrazaba por los hombros. Rodeé su cintura con mis brazos para alargar el abrazo un poco más de tiempo.

—¿Me escribirás?—pregunté al separarnos—. Si no lo haces no te hablaré en lo que nos queda de vida.

Cedric soltó una risa que era digna de grabar para poder escuchar una y otra vez.

—Si lo haré, tranquila— sonrió—. No quiero que me dejes de hablar por lo que nos resta de vida, pero ahora debo irme. Adiós, linda.

—A-adios—podía sentir el calor subiendo a mí rostro, lo que lo hizo sonreír más. Pero luego, simplemente se dió la vuelta y se fue.

Subí al carruaje con la cara tan roja como un tomate.

—¿Por qué tu rostro está del mismo color que tu cabello?—preguntó Theo.

—¿Qué dices? Mí rostro está normal...

—Mi ristro isti nirmil— se burló Regulus, aún con mala cara.

***

—No quiero volver con los Dursley, Harry— me quejé recostandome en el suelo del compartimiento, el tren ya estaba llegando a Londres y ya nos habíamos quitado las tunicas del colegio—. ¿Y si escapamos?

Harry suspiró y se sentó a mí lado, decidí sentarme y recostar mí cabeza en su hombro.

—No podemos escapar Cassy—me dijo en voz baja—. No tenemos dónde ir...

—Pero si somos ricos, podríamos comprar toda una ciudad entera y nos sobraría dinero.

—Yo tampoco quiero volver, pero prometo que no dejaré que te hagan daño— me dijo acercando su mano a mí mientras estiraba su meñique—. Lo prometo.

Entrelazamos nuestros dedos y le sonreí.

***

—Ya vámonos mocosos—dijo tío Vernon una vez que nos vió acercarnos a él.

Habia comenzado a caminar cuando un una voz a mis espaldas llamó mí atención.

—¡Oye zanahoria!— Regulus venía hacia nosotros con una sonrisa en el rostro—. No me digas que te ibas a ir sin despedirte de tu mejor amigo el más guapo y perfecto.

Sonreí negando con la cabeza para acercarme y abrazarlo.

—Eres un exagerado— dije separándome un poco—. Te voy a extrañar.

—Yo a ti también—dijo dando unos pasos hacia atrás. Luego miró de soslayo a los Dursley, que estaban detrás nuestro mirándonos con asco—. Y me hablas si estos muggles asquerosos te hacen algo. Seguro puedo mandar a uno de mis elfos a quemarles esas bestias que llaman autos.

Yo me reí de la cara de espanto de tía Petuña.

—Ya, vete—dije sonriendo.

—Nos vemos, zanahoria. No olvides escribir.

---------------------------------

∆|•Cassy Potter•|∆ Parte I y II. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora