Capítulo 31

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Creé otro portal frente a nosotros. Ya había hablado con los demás sobre esto, Alex insistió en acompañarme pero no creo que fuera lo mejor.

-Haré esto por mi cuenta... -apoyé mi mano en su mejilla-. Lo siento, no quiero involucrarte mucho con los Dioses... y menos con los que no soportan el contacto con seres que ellos consideran inferiores.

-Pero tú estarás sola.

-No tienes de qué preocuparte... -le sonreí-. He vivido más de un siglo en ese lugar...

Abre los ojos de par en par y me mira nuevamente curioso por mi edad. Me reí entre dientes y le di un largo y profundo beso en los labios.

-Si todo esto llega a terminar prometo considerar decirte mi edad, ¿hecho?

-¿Solo lo considerarás?

-Sí, y ya es mucho. Me estoy arriesgando.

Él sonríe con algo de diversión pero vuelve a besarme. Suspiré entre aquel beso y lo disfruté.

-Hecho.

Me separé de Alex y me despedí de Jackson y Asena con la mano. Me acerqué al portal y antes de entrar pedí por favor que no volvieran a lanzarme como la vez anterior. Entré y agradecí cuando aparecí en la casa de mi padre, vi todos los relojes que coleccionaba. Recordé un momento por donde tenía que ir y finalmente entré a su oficina.

-¿Amaris...? -él me mira sorprendido de verme mientras se levanta.

-Hola... papá.

Se acerca a mí y me observa antes de abrazarme con mucho cariño hasta que mis pies no tocaban el suelo.

-Has crecido tanto... La última vez que te vi tenías veinte años.

-Sí, yo también te extrañé... -sonreí mientras que él volvía a dejarme en el suelo-. Papá... tengo que hablar contigo, preguntarte algo.

Su sonrisa desaparece porque ya sabía la razón de mi visita. Suspira profundo y me hace una seña para acercarme hasta los sofás de su oficina y nos sentamos en estos.

-Sobre tu madre... ¿Cierto?

-Sí... ¿Qué sucede? No me deja ir con ella.

-Dolunay¹... Tu madre... no está pasando por su mejor momento, otra vez...

-¿"Otra vez"? ¿Esto ya había pasado? -comencé a alterarme por no saber nada de nuevo y él apoyó su mano en mi hombro, calmándome.

-Ninguno de los Dioses, de hecho...

-Padre... ¿Qué está pasando? -exigí saber.

-Esto comenzó desde tu creación, o incluso desde antes... Sabes que la razón por la que los Dioses tienen hijos es para ayudar con tareas... o crear seres más poderosos.

Hice una mueca, odiaba siempre aquella idea tan desagradable. Papá se acomoda en su lugar para contarme.

-Desde que el consejo de Dioses supo de tu existencia, decidieron por ellos mismos emparejarte con Lucian².

-¿El hijo del Dios Sol? ¿En serio?

Hice una mueca mucho peor por conocer a ese idiota. Es como un niño, no sabe nada y su actitud es despreciable.

-Quieren que formen a un hijo poderoso. Tu madre se opuso a eso desde un inicio y te defendió a como diera lugar... Hasta emparejarte de por vida con un licántropo para que te dejen en paz.

Abrí los ojos de par en par, miré a mi padre pero en realidad estaba sorprendida. Finalmente conocía la razón por la que mi madre me dio un Mate...

-Fue la única solución que encontró posible... Esto hizo enfurecer a los Dioses, quieren que deshaga tu vínculo o la matarán.

-Pero ella no puede... -me detuve a mí misma-. Quieren usarla cuando reaparezca...

Papá asiente. Esto no es posible para todos los Dioses, pero mamá es muy importante y poderosa... ella no puede desaparecer cuando muere, ella solo... renace. Pero sin recuerdos ni nada, se vuelve una niña que no tiene idea de para qué existe... Así es más fácil manipularla y hacer que haga lo que ellos quieran... pero matar a alguien como mi madre es peligroso, no pueden simplemente hacerlo... tendrán consecuencias graves sobre ellos y sobre todos los seres vivos.

-¿Por qué nunca me dijo nada? Pude haberla ayudado.

-Le dije lo mismo, tienes el derecho a saberlo todo... pero ella no quería que te preocuparas, sabía que te enfrentarías a todos los Dioses y eso es más peligroso. A tí sí pueden matarte y jamás reaparecerás... por lo menos hasta que no aceptes tu posición como Diosa.

-Pero ella sola... No es justo.

-Intente apoyarla, pero hasta a mí me apartó. Traté de convencer a los Dioses pero nadie escuchó, sabes lo tercos que son todos.

Asentí dándole la razón, bajé la mirada apretando los puños y tratando de no llorar por la frustración. Papá apoya su mano en mi mejilla y suspira antes de abrazarme.

-Cariño... cuánto lo siento.

-¿Es malo que yo exista? Mamá ha estado luchando por toda mi vida por esto, yo...

-No digas eso. Nada de esto es tu culpa, tú no eres la del problema... son los demás Dioses que no pueden aceptar un rechazo a sus ideales.

-A veces quisiera ser como aquellos humanos que no creen en ningún Dios... una atea.

-Con los Dioses que hay aquí cualquiera quiere eso... Pero nuestra realidad es ser parte de esos Dioses.

Asentí a regañadientes. Nos quedamos en silencio por un periodo corto de tiempo hasta que me levanté.

-Tengo que irme...

-Amaris -papá se levanta-. Ahora eres la más buscada, debes usar el collar de tu madre... ocúltate. Los Dioses aún piensan atraparte para forzar a tu madre.

-Ese será un problema... Todos saben que estoy en la tierra y luego de lo que pasó cuando mamá no me dejó ir con ella... Creo que hasta otros seres saben donde me estoy quedando.

-Puedes quedarte aquí...

-Lo siento papá, pero tengo alguien quien me espera -sonreí y él me regresó el gesto.

-Lo entiendo... Está bien. Si me necesitas sabes como llamarme.

Asentí. Creé un portal y me despedí de papá con un abrazo largo antes de volver a cruzar. En el mundo de los Dioses el tiempo pasa diferente, más rápido... así que cuando regresé, habían pasado dos meses y medio. Alex me va a matar.

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¹Dolunay: Significa "Luna llena".

²Lucian: Significa "Luz".

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