Segundo Tiempo.

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El elevador es testigo de una fuerte oleada de feromonas Omega que encierra a la pareja destinada.
Habían abordado el elevador con destino al último piso, dónde se encontraba la terraza del restaurante del hotel, de ésta forma ambos podrían disfrutar del panorama que ofrecía Qatar.

Pero todo se interrumpió en el camino.

No hay sentido, Messi había tomado sus supresores de calor, nunca los olvidaba para evitar algún incidente con sus feromonas antes o después de los partidos, y su celo había sido hace tan solo dos semanas antes del partido, tocaba hasta el siguiente mes, no había sentido de que se adelantará dos semanas. Sus celos siempre eran regulares a pesar de todos los supresores que tomaba.

El aroma de Hierba Mate chocó directamente con las fosas nasales de Ochoa, quién aspiró profundamente hasta impregnar sus pulmones del olor ajeno; su sentido común se perdió en instantes, dejando salir su almizcle de Tequila y Limón, aquel aroma dominante que terminó por poner de rodillas a Messi, volviéndolo a sus instintos primarios, alterando e iniciando completamente su celo.

Ochoa se acercó cautelosamente al Omega que temblaba producto del celo, su piel blanca resaltaba en tonalidades rojizas y con el sudor mojando cada parte de su cuerpo, resaltando lugares como su cuello, específicamente en su glándula Omega, dónde se podía apreciar mejor el aroma de Messi.

El Mexicano lo sujetó en sus brazos, apretándolo contra si, dejando salir más de su aroma, aquel mismo que provocó el celo del Argentino pero que en éstos momentos lo relajaba por sobre manera, haciendo que se acercara más a su cuello, dónde podía tener mejor acceso al olor de Tequila, que lo embriagaba por completo.

Sin embargo, su burbuja se rompió cuando las puertas del ascensor se abrieron repentinamente, dejando ver a algunos jugadores de la selección Mexicana, entre ellos, tanto Irving como Paulo quien era el único que se encontraba del otro equipo, todos quedaron petrificados ante la imágen del siempre orgulloso Omega, aferrarse con fiereza al portero, un Alfa siempre tranquilo y amable, que ahora se mostraba sobre protector, furioso y completamente territorial.

Lo que terminó por sacarlos de su estado de shock, fue el gruñido Alfa del hombre de rizos, aquel que penetró tanto en los jóvenes alfas cómo en los betas, quienes eran inmunes ante reacciones de este tipo, pero que en ese momento, fueron vulnerables, siendo obligados a agachar la cabeza.
Dybala respondió el gruñido, sintiéndose atacado al ser un Alfa dominante, pero Irving tuvo una reacción diferente.

Siendo traicionado por sus piernas, quienes cedieron al peso del gruñido, cayendo en el suelo y con su poca libertad, presionando el botón del ascensor, cerrando las puertas al mismo tiempo que hablaba.

—. Llévatelo a un lugar seguro.— Fueron las últimas palabras de Lozano para el arquero, quién asintió a las palabras con decisión.

El elevador se detuvo en el piso cinco, piso destinado a la selección Argentina, Ochoa tomo al Omega en brazos y le obligó a enredar sus piernas en su cintura, sujetandolo de los muslos y sintiendo como por fin el delantero ocultaba por completo su rostro en el cuello del Alfa, por fin sintiendo toda la feromona del ajeno.
Memo ronroneo en bajo, calmando de esa forma a Messi, quién se restregó en el área dónde podía sentir la vibración.

—. Cariño, necesito saber el número de tu habitación y la contraseña, no podré entrar si no me dices.—

Habló el de rizos en una voz tan baja y gruesa que hizo al astro argentino gimotear de gusto.

—. 56 B... Tres, dos, cuatro, nueve.— Respondió entre cortado, el agitar de su corazón impidiendo que hable correctamente.

El portero guardó los números y se dirigió a la puerta que contaba con el número, ingresó la contraseña y entró a la habitación, que tenía más la apariencia de un departamento.
Una isla en la cocina junto a un pequeño comedor, una sala y lo que intuía era la puerta del baño y, lo que esperaba, fuera la de la habitación, demasiado espacioso para una sola persona.

Esa Mano Árbitro!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora