Halloween II

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—No puedo creer que estés enojada. —Jeno pica con suavidad mi costilla, buscando mi mirada. 

—Te dije que yo podía pagarlo. —Bufo, aguantando una sonrisa ante las cosquillas que provocó su acción. 

—Vamos, yo invito. —Toma mis manos, empezando a bailar como si fuera Rock and Roll. 

Me dejo llevar por sus pasitos improvisados, sin poder evitar reir ante su cara y sus cejas que se movían de arriba hacia abajo. 

Cuando habíamos llegado, Taeyong y los chicos ya estaban casi por entrar al club, con la entrada de nosotros cuatro ya pagadas. Mi Lee le pasó la cantidad en billetes para dos personas al mayor de los tres Lee, sin si quiera dejarme reclamar, lo cual no me gusta del todo. No estoy acostumbrada a que las demás personas paguen por mi, me gustaba ser indepediente en ese sentido. Pero al parecer, el chico tenía la costumbre de pagar por los demás y eso me hacía chocar bastante. 

—De todos modos, te ves tierna enojada. —El mayor se acerca peligrosamente a mis rostro.

—Cállate.

—Callame.

—A besos lo haré. —Alzo mi ceja, acercándome un poco más.

—Yo encantando. —La mano del chico sube hasta mi mejilla, acariciando esta con su pulgar.

Okey, me estaba acelerando el corazón. Estaba muy cerca, podía sentir su respiración sobre mi rostro, su aroma a algún perfume caro como Versace y el calor que emanaba su cuerpo.

—¡Chicos! Sichen compró cortitos para todos. —Yang Mi toma nuestras muñecas, llevándonos a rastras hasta la barra, haciendo reír a Jeno al ver mi cara.

Al estar en la barra, vemos como hay un mini vasito para cada uno, habiendo cinco en total, al parecer Yuta y TY ya andaban por otro lado.

El primer y segundo cortito se hicieron algo fuertes, quemando ligeramente mi garganta, pero el tercero y el cuarto habían sido dulces, un exquisito sabor a berries y creo que manzana.

Mi amiga y su cita estaban en medio de la pista bailando con energía, viendo como Winwin perdía cada vez más la vergüenza, a un punto donde él guiaba el baile al tener a la chica tomada de la cintura. Mark estaba en una mesa, intentando coquetearle a una chica vestida ángel, la cual para mi sorpresa se reía de manera genuina y con ganas de cada cosa que salía de la boca de mi amigo.

—No te tomes todo el mojito. —El teñido toma mi mano para acercar el popote a su boca.

—Te dije que te compraba el tuyo. —Jalo el vaso de vuelta para también tomar.

La música estaba muy alta, así que tenía a Jeno casi pegado a mi oído cada vez que me quería decir algo, teniendo el aroma a colonia prácticamente impregnada en mis fosas nasales, algo de lo cual no me podía quejar.

—Sí se acaba, puedes probar de mis labios. —Me da un leve empujoncito con esa sonrisa juguetona.

—Cállate y deja de decir babosadas. —Le intento quitar del todo el vaso, pero este levanta su brazo algo lejos de mi, haciéndonos quedar frente a frente.

—No no no, querida Cassie. —Comienza a negar lentamente. —Mucha amenaza, pero no cumples. —Se toma lo que queda, dejando el cristal en una mesa. —Así no me gusta.

Sus ojos me miran con atención, viéndose algo brillantes producto de las luces, pero quizás también sea el alcohol. Su cabeza se ladea ligeramente, bajando unos segundos sus orbes a mis labios, para volver a mis pupilas.

Estaba cerca, demasiado cerca para mi auto control. Jamás habíamos estado a una distancia tan corta y el calor de su cuerpo mezclado con el de las demás personas, comenzaba a sofocarme.

Nos vemos después; (Lee Jeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora