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BraMex

Hace mucho tiempo, donde los reinos estaban presentes, donde las brujas estaban en la cúspide, pasando de boca en boca, donde se podría incluso jurar sobre la existencia de sirenas y desde luego, sobre hombres en barcos que navegaban reclamando te...

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Hace mucho tiempo, donde los reinos estaban presentes, donde las brujas estaban en la cúspide, pasando de boca en boca, donde se podría incluso jurar sobre la existencia de sirenas y desde luego, sobre hombres en barcos que navegaban reclamando territorios y asaltando barcos para quedarse con sus joyas.

Había un pirata en específico, cuya única motivación era encontrar a dichosos seres que vivían en el mar, con colas de pez de colores llamativos y un canto infernal que enloquece a todo aquel que lo escucha.

Brasil, era su nombre, un hombre de casi treinta años que vivía en un enorme barco negro junto a sus amigos y compañeros. Anteriormente solo se habua dedicado a saquear barcos de la realeza, hasta que una noche, escucho una voz en el mar cantar, era un canto celestial, dulce, como si le cantara con amor, gracias a sus hombres pudo vivir para contarlo ya que estos lo salvaron de saltar del barco cuando aún se encontraba hechizado por el canto, una de las cosas que aún recuerda de aquella extraña noche era una cola sobresaliendo de las olas del océano tranquilo.

Fue en ese momento donde se decidió encontrar a ese pequeño ser que casi lo mata, para conocerlo o devolverle el favor, aún no lo decidía.

Durante todo el tiempo en el que estuvo buscando sobre las sirenas, supo que ellas se encontraban en su mayoria en islas vírgenes, lugares a los que iba a diario en busca de alguna pista de su sirena, pero siempre era lo mismo. Solitario, nada más que el sonido de las olas chocando contra la arena o las piedras.

Pero no se rendiría en encontrar a esa sirena. Ya había estado esperando por tres años, otro sin duda no haria daño.

Así que en una pacífica tarde, salió de tierra firme junto a su tripulación mucho tiempo antes de que anocheciera, en busca de aquellos seres que se esconden dentro del enorme mar.

Estuvieron horas navegando entre ese intenso color azul, siguiendo las indicaciones de su capitán, quien indicaba cuando girar o cambiar de dirección.

Sus órdenes eran acatadas sin rechistar por sus hombres, pero uno de ellos juzgaba la obsesión de su capitán, creyendo que lo que hacía no era correcto y desperdiciaba su aliento intentando hacer que entrara en razón.

- Mi capitán.

Llamo el más joven.

- Uruguay, ¿Qué sucede? ¿Hay algún problema con la tripulación?

Cuestionó mientras analizaba un mapa junto al timón.

- ¿No cree que debería tomar un descanso de esta búsqueda?

- No, claro que no, estoy muy cerca, ¿Porqué lo dices?

- Desde lo que pasó hace tres años... esa noche, no lo dejo muy bien, lo mejor será que deje esto atrás, talvez lo que pasó era un advertencia.

𝚃𝚑𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙳𝚊𝚢𝚜 𝙲𝚑𝚊𝚕𝚕𝚎𝚗𝚐𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora