"No es una despedida, es un hasta pronto."

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Lo pensé mucho, ya no sé cuánto tiempo después de que llegamos al convento y ahora estaba decidida en hacerlo, salir a ver el mundo y vivir.

Me encontraba enfrente de la que alguna vez fue la espada de una chica dulce y divertida, la monja guerrera, mi querida Ava...

-¿Enserio tienes que irte?- Escucho una voz a mi espalda, Camila
-Sabes que sí- Le dije sonriendo

Mientras sostenía el cruz de la orden, el colgante que nos identificaba como parte dé, y que solo brillaba en su presencia, no quiero dejarlo porque aún guardo esperanza, pero también se que lo necesito...el convento fue mi hogar desde que era una adolescente y será algo extraño no traerlo conmigo...

-Deberias quedartelo- Dice Camila- Por si llegara a pasar algo, ya sabes- dice mientras sonríe.
-Estará mejor aquí- Lo sostengo por última vez y lo pongo junto a la vitrina de la espada.

Sin más Camila se acerca y me abraza fuerte yo le devuelvo el brazo.

En eso llega la madre superiora.

-Beatrice, llegaron las nuevas reclutas para que les enseñes a pelear- Dice sería
-Lo siento Madre superiora alguien más les tendrá que enseñar

Tomo mi bolsa/maleta del suelo y camino, sé que me lo a dicho por si cambiaba de opinión ese a Sido su propósito desde que anuncie que me iría.
Camine hacia la salida, feliz de poder empezar de nuevo y sosteniendo en mi corazón todos esos recuerdos que viví, todo lo que cambiaron y lo que soy.

Sin más me dirijo a la parada que alguna vez iba tomar hace más de dos meses, después de que me excomulgaran del convento por no apoyar cierto lado.

Sentada ahí era todo diferente el olor del aire fresco y la temperatura cálida.

Llega el autobús y me subo; y antes de emprender mi viaje, me dirijo a mi última parada antes de marcharme; la casa de doctora Jillian Salvius.

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Ya es de tarde y me acerco a tocar el timbre, no tarda ni un minuto cuando por el altavoz escucho una voz femenina.

-Hola, ¿Qué se le ofrece?- Se escucha una voz joven
-Hola, busco Jillian Salvius. Soy Beatrice, necesito hablar con ella.- Digo con una voz sería.
-No se encuentra en este momento-Dice rápidamente, pero al fondo se escucha una voz que la interrumpe
-Beatrice...déjala pasar- Reconozco la voz, es Jillian

En seguida escucho como suena la puerta de entrada abriéndose poco a poco, así que empiezo a caminar y al entrar me recibe una chica morena y baja de altura.
-Hola, amm la doctora te espera en su oficina.- Me dice mientras me indica la dirección.

La sigo y observo que todo por aquí a cambiado, todo está descuidado y algunas cosas rotas.

-Por aquí - Y paramos enfrente de dos puertas- Doctora Salvius, está aquí- Dice mientras toca dos veces una de las puertas.
-Adelante.-Se escucha que dicen

Enseguida abre la puerta y me da una señal de que entre y solo le digo "gracias".
Al entrar veo una nueva oficina llena de bocetos y hojas tiradas por todos lados.

-Beatrice, perdón por la iluminación yo últimamente no la necesito- Dice sin emoción alguna.- ¿Qué te trae por aquí?- Dice mientras se recarga en su escritorio.

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