"Ámame, ámame; dí que me amas. Engañame, engañame; ve y engañame.
Ámame, ámame; finge que me amas.
Déjame, déjame; sólo dí que me necesitas."
[Libro I; Saga: Lovefool]
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— ¿Adivina quién llegó a casa? — abrí la puerta. Tsumiki y Megumi me vieron con asombro.
— Sunmi-nii — mencionó mi hermana sonriendo.
— Nēsan.
Primera vez que me llama de esa manera. De la emoción, corrí a abrazarlo.
— ¡No! — exclamó, forcejeando — ¡Sunmi, déjame!
Liberé una ligera risa mientras lo dejaba de nueva cuenta en el sofá. Al parecer sólo tiene una expresión en su rostro porque sólo está serio. Le di leves palmadas a su cabeza.
— ¿Es tuya esa maleta? — preguntó Tsumiki, a lo cual asentí —. Ya veo. Te ayudaré a subirla.
— Ah, no te preocupes. Yo la subo — respondí sonriente. Me dirigí a la maleta tanto como para tomarla como para cerrar la puerta —. Iré a dejarla en la habitación.
— Por supuesto — responde mi hermana. Asentí.
Subí las escaleras para dirigirme a la que era mi habitación. Mis compañeros se quedaron en un pequeño hotel de la ciudad porque, según ellos, no quieren "estorbar" en casa. Hay pocas habitaciones, sí, pero no estorban. No los pude convencer de quedarse. Afortunadamente, el hotel no cobra muy caro.
Al entrar, veo que la habitación está limpia y ordenada. Lo más seguro es que mi hermana limpiaba mi habitación aún sin estar aquí.
— Sunmi-nii — dijo mi hermana a los pocos segundos de subir. La miré y sonreí.
— ¿Sucede algo? — pregunté.
— Lo mismo te pregunto a ti.
— Bueno, en primer lugar, he venido aquí para pasar junto a Megumi su cumpleaños — comienzo a guardar mi ropa —. Y también las fiestas decembrinas.
— Ieiri, Nanami e Ijichi. Aunque este último dijo que iba a visitar a su familia, así que sólo se quedaron Nanami y Shoko en un hotel que está a dos cuadras de aquí.
— ¿Y Gojo?
Dejé de sacar mis cosas. Suspiré de la manera más profunda posible para evitar que mi voz sonara temblorosa y me volviera a enojar.
— Tsumiki... Satoru y yo nos íbamos casar — comencé diciendo, continué sacando mis cosas de la maleta.
— ¡Qué emoción! — exclamó ella con felicidad.
— Pero ya no — agregué.
— ¿P-Por qué?
— Él... Me fue infiel... — respondí, finalmente terminé de sacar todo —. Y, todavía se justificó diciendo que fue porque yo estaba conviviendo mucho tiempo con Nanami. Me hizo ver como una distracción también.
