Capítulo Cuarto - El Sonido del Amo.

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De manera inmediata la condensación hizo que aquel vidrio se empañara. Los tres hombres quedaron parados, viendo al infinito, ninguna mueca, ningún movimiento, nada que diera la sensación de vida. A la vista de cualquiera eran tres cadáveres allí clavados. El silencio calaba en la mente y un zumbido casi rompe mis tímpanos; parecido al ruido que hacen unas garras que rasgan una pizarra de la escuela.

Alguien o algo al otro lado del vidrio estaba escribiendo, y en cada trazo sobre el cristal parecía romperse, crujía y tomaba una forma cóncava, pero no se quebraba. Alcancé a leer el mensaje parada detrás, ya que los tres hombres seguían como estatuas. Era una especie de código que no entendí, lentamente di la vuelta a Velte por su lado izquierdo, pegada a la chimenea para no crear ningún roce. Al estar frente a frente con aquellos tres hombres, vi sus rostros, distintos, parecidos al de tres perros con ojos iluminados que acechan en la noche mientras te cazan.
En el vidrio no se podía ver más aquel mensaje, pero sí una especie de tormenta de arena de tal fuerza que te hacía sentir diminuto ante tanto poder. Entre toda aquella tierra una silueta apareció. De color café, con un atuendo sucio, y un bastón largo de madera vieja, se confundía con la tierra, pero no parecía afectarle. Buitres se estrellaban en el vidrio y rompían sus cuellos, para luego levantarse y volver a tomar vuelo y estrellarse una y otra vez. Se arrancaban las alas unos a otros y tirados en el suelo, eran devorados por escarabajos, que primero despedazaban su carne y se los comían vivos, chillaban de sufrimiento en cada bocado, las tripas parecían ser la parte más deliciosa de aquel festín. Los escarabajos al estar llenos explotaban regordetes y emitían una explosión hueca una y otra vez, y de su interior solo brotaba arena, que se unía a la tormenta en forma de pequeños remolinos que tenían una base de color negro y que luego subían y bajaban en dirección de aquella figura sucia y terrorífica, para entrar en su espalda y emitir un sonido tenebroso de un contrabajo que disminuye su tempo armónico, para después arrojar ráfagas de energía que se transforman en buitres y animales de carroña con sonido disonantes de violines que los vuelve locos y buscan estrellarse y devorarse unos a otros. Ese concierto me gustó, jamás había escuchado el sonido puro de la violencia, el sonido puro de la armonía.
De la nada, aquella imagen se esfumó y el árbol y las flores de nuevo aparecieron, como si nada hubiera sucedido, excepto ese sonido, ese sonido quedó en mi mente y cada figura que veía, y cada paso que daba armonizaba, entendí que todo está unido de una u otra forma, y en esta casa ese sonido era el dueño.
Dritte empezó a desmoronarse, primero sus manos cayeron, y como tierra se desgajó formando un montón sobre el tapete, donde nacieron flores de inmediato, tierno y triste a la vez.
Velte empezó a transformarse en cenizas, esparciéndose por toda la habitación, y mientras desaparecía, una parte pequeña aún viva viajó a la chimenea y la encendió de manera abrupta, calentando el cuarto de inmediato.
Trite empezó a gotear, y con su cuerpo derritiéndose, alcanzó a darme una orden…

-ve a la biblioteca, pregunta por la historia de la tierra en los últimos tres mil años, al terminar vuelve, ¡ya sabrás que hacer para entonces!.- fue lo último antes de ver su cabeza, escurriendo por su cuerpo y creando un charco sobre la alfombra de aquel lugar.
No supe qué hacer, estuve varios minutos de rodillas con el rostro en blanco, la mente perdida y el corazón acongojado por Trite, mi bello trite… Con una carga inusual salí a gatas de aquella habitación y corrí a la biblioteca, las lágrimas se secaban con el viento que rozaba mi rostro debido a la prisa por llegar.
Ya allí, empuje las dos puertas al mismo tiempo, pero no se abrieron, lo intente una por una y solo pude acceder por el lado de la puerta antigua, "tengo un alma vieja" pensé.
De inmediato me senté y con desesperación pregunté… ¿Podrías decirme la historia de la tierra en los últimos tres mil años?.
Las lámparas se encendieron y apareció un libro sobre la mesa, las hojas se posicionaron en el comienzo de mi lectura y tan solo con pasar la mano las imágenes y sucesos se grabaron en mi mente, dure un tiempo considerable, tomando en cuenta que toqué tres mil hojas con mi mano. Desconozco lo transcurrido en la biblioteca, pero un par de días sin duda me quedé allí sentada.
Terminé, salí de la biblioteca con mucha calma, boquiabierta de saber, temerosa de conocer más, con miles de dudas, tanto que no alcance a comprender, tanto que odie y ame.
Solo algo tenía seguro, ahora estaba claro qué hacer.
Fui a la habitación de Trite, y al verlos allí a los tres, exactamente igual que como los dejé, sentí alivio, aún era tiempo.
Con las manos tome la ceniza, la flor con tierra y agua de aquel charco, las deje caer en la estatua sin cabeza.
Empezó a caer la piedra, resquebrajándose y dejando ver una piel viva, un pelaje sedoso, una garras tan afiladas que podrían cortar la piel con solo tocarla, de color gris avejentado en la parte trasera y un color negro en la parte media sobre el lomo, su cabeza era transparente, pero dejaba ver que allí estaba, de igual forma todo su cuerpo por la parte inferior, la contraria al lomo, era transparente igual, sin partes internas, solo el cascarón, podríamos decir que algo le faltaba.

- Gracias, aún no estamos completos, esto servirá para ayudar al amo, ahora debemos esperar un poco, debes tener muchas dudas, te las voy a aclarar todas en medida de lo que te es permitido saber, empecemos.- dijo aquel animal con voz rasposa.

Me invitó a tomar asiento bajo la lámpara de la habitación, él se recostó cansado en el otro sillón, cubriendo su pecho, protegiéndolo, me dio la impresión.

Estábamos callados, mirándonos fijamente, pensando que preguntar, por dónde empezar, nada salía de mi boca, tragaba saliva, ¿qué era más importante para iniciar?.
Él, solo allí, con la mirada fija, esperando, algo que me intimidaba mucho a decir verdad.
Antes de la tormenta, hay momentos de paz que son invaluables, el cambio estaba cerca, y de una u otra manera, yo formaba parte de él.

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A todo aquel que ha llegado hasta este punto, le agradezco y espero sigas disfrutando de la historia.
Te recuerdo que es una historia de tan solo siete partes, asi que vas mas alla de la mitad y pronto sabrás que ocurre con nuestros personajes.

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