CAPÍTULO 40

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CAPITULO 40


Por la mañana desayuné con tranquilidad, disfrutando del momento hasta que recordé  que no sabía la clave del departamento y eso sería un problema.

Suspiré pensando en las posibilidades y afortunadamente tenía otra opción.

El departamento contaba con dos sistemas de seguridad, por un lado la clave y por otro la llave. No sabía la clave y no se la pediría a Thomas por obvias razones, pero sabía donde había guardado Dan la llave.
La busqué rápidamente aliviándome al encontrarla en su habitación entre tantas cosas. Y para cuando tomé el móvil para ver la hora eran las 11 a.m y tenía un mensaje.

Dan: acabo de llegar, nos vemos en un momento ✓✓

Lo había enviado hace 30 minutos así que estaría llegando en cualquier momento.

—¡Hola! —entró casi gritando y me asusté. —¿Me extrañaste?

—Fue solo una semana. —respondí con una mano en el pecho, pero abrí los brazos y no tardó en acercarse.

—Me ofendes —reímos levemente —¿Como has estado? —me miró detenidamente.

—Estoy bien.

—Cuando lo encontremos...

—No quiero hablar de él en este momento. —lo detuve —¿Como te ha ido? ¿Como está nuestro padre?—nos sentamos en el sofá para platicar más cómodos.

—Bien, papá también está aquí justamente para arreglar eso, pero primero atenderá unos negocios.

—De acuerdo. —sonreí y me quedé en silencio.

—¿Ya cocinaste? —preguntó yendo a la nevera y me lamenté por no haberla limpiado.

—No, pensaba pedir pizza.

—¿No hiciste compras? —me miró.

—Lo hice, pedí a domicilio y la acabé, a veces los productos estacionados no saben igual. —desvié la mirada —Además, no quería salir mucho así que me limité un poco.

—Está bien, iré a comprar ahora mismo. Tengo mucho apetito y mi hermanita cocinará algo delicioso para su hermano preferido. —hablaba solo y lo miré incrédula. —¿Me acompañas?

—No, prefiero quedarme aquí. —era mi oportunidad para recuperar la fotografía.

—Entonces regreso en un momento. —salió y esperé unos minutos para hacer lo mismo con móvil y llaves en mano.

Le marqué a Thomas asomando mi oreja a la puerta y no escuché nada del otro lado, eso podía significar una cosa.

—Entonces no está. —susurré colocando la clave. Era irónico que supiera la suya y no la de mi hermano.

Entré sigilosamente e iba camino a la habitación caminando casi en puntillas cuando una voz me detuvo.

—¿Ahora eres delincuente? —giré inmediatamente ante la pregunta y lo encontré con un vaso con agua en la mano y una expresión despreocupada.

—Demonios, eres como una pesadilla —me calmé por el susto. —Solo vine a buscar algo y me voy, pensé que no estabas.

—Si no te vas ahora mismo te denunciaré por invasión a la propiedad privada. —me miró directamente.

—¿Si? Pero no veo ningún cartel que diga “propiedad privada”. —hice comillas y él no respondió. —Adelante, también te denunciaré por engreído, ofensivo y poco considerado. No sé si se pueda, pero no cuesta nada intentar. —murmuré lo último y él resopló.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora