Objetivo dieciséis

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Narra Tsunayoshi Sawada

No entendía que era lo que estaba pasando, pero por la expresión de los chicos estaban alterados por la presencia de Ryohei.

Necesitaba hacer lo que no quería que empezara una pelea en medio de la plaza.

No entendía que era lo que estaba pasando, pero por la expresión de los chicos estaban alterados por la presencia de Ryohei.

Necesitaba hacer lo que no quería que empezara una pelea en medio de la plaza.

—hola Kyoko chan, que bueno encontraré.

—si Tsuna kun, vine de compras con Hana, mi hermano nos acompaño.

—yo vine con mis amigos.

—que sorpresa que este también Hibari san. Hibari san.

—si me alegro que el también este.

Mire de reojo a Hibari san que se mantenía en alerta.

—¿por que no vamos a comer algo? —sugirió Kyoko

—me parece bien.

Definitivamente esto fue una mala idea. Estaba seguro que el ambiente tenso se sentía por toda la plaza.

Ninguno bajaba la guardia todos estaban listos en caso de que Ryohei hiciera un movimiento en falso.

—saben que chicas porque no vamos de compras y tenemos una tarde de chicas y ellos una tarde de chicos.

No Hana no le hecha más leña al fuego que esto está por estallar.

—me parece bien, le diré a Haru que nos vea en quince minutos en la tienda de dulces.

No le dio tiempo de negarse a Chrome por que se le llevaron dejándonos a solas con Ryohei.

—ahora que ya se fue mi hermana puedo hacer eso.

De manera inesperada me tomo y me jalo a él para unirnos en un abrazo.

—si me alegro que el también este.

Mire de reojo a Hibari san que se mantenía en alerta.

—¿por qué no vamos a comer algo? —sugirió Kyoko

—me parece bien.

Definitivamente esto fue una mala idea. Estaba seguro que el ambiente tenso se sentía por toda la plaza.

Ninguno bajaba la guardia todos estaban listos en caso de que Ryohei hiciera un movimiento en falso.

—saben que chicas porque no vamos de compras y tenemos una tarde de chicas y ellos una tarde de chicos.

No Hana no le hecha más leña al fuego que esto está por estallar.

—me parece bien, le diré a Haru que nos vea en quince minutos en la tienda de dulces.

No le dio tiempo de negarse a Chrome por que se le llevaron dejándonos a solas con Ryohei.

—ahora que ya se fue mi hermana puedo hacer eso.

De manera inesperada me tomo y me jalo a él para unirnos en un abrazo.

—¿he?

—cómo te atreves tocar al décimo.

—cómo te atreves tocar al décimo.

—también únanse al abrazo extremo.

Rodeo a los demás para que se unieran al abrazo. Seguían en alerta.

El herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora