Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 5

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'𝑬𝒔 𝒕𝒖 𝒏𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒎𝒊 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒋𝒖𝒈𝒂𝒓'

Salí de esa habitación con una sonrisa en el rostro. No pude evitar pensar en el neerlandés durante toda la tarde.

Charles llegó algo tarde. Ya no me extrañaba. Probablemente haya estado con otra en alguna habitación, ya que vino despeinado y con la ropa mal colocada.

Tuve una idea. Puse la grabadora de voz del móvil a funcionar.

–Amor ¿de dónde vienes?– le pregunté con un tono amable.

–De donde yo quiera– me miró– ¿Desde cuando tengo que darte mi ubicación?

–Son las once, pensé que llegarías pronto y podríamos salir a cenar fuera.

–Yo vengo cenado, apáñatelas tú.

–¿De dónde?– él se hartó cuando hice la pregunta.

–¡Te he dicho que no te lo voy a decir!– me amenazó con uno de sus puños cerrados– Joder, Arianne. Solo cállate.

Estaba algo asustada. Nunca sabía de lo que él era capaz y por eso, mejor tener cuidado.

–Voy a bajar a cenar algo, eso si sigue abierto el restaurante del hotel– le miré. Él ni siquiera respondió.

Cogí mi bolso y salí de la habitación lo más rápido posible. Caminé por los pasillos hasta llegar a un restaurante.

Ya estaba cerrado. Mierda.

–¿Arianne? ¿Estás bien?– me giré y vi a Kevin Magnussen, piloto de Haas.

–Si, solo no me ha dado tiempo a cenar.

–Yo venía a lo mismo. Veo que está cerrado– pensó– Conozco un restaurante cruzando la calle. ¿Vienes?

–No creo que deba salir del hotel. Yo...

–¿Por qué? Está aquí al lado. Invito yo, si quieres. No hay problema, de verdad.

–Bien pero no puedo tardar mucho.

–Vale, tranquila.

Los dos salimos del lugar. Kevin firmó algún autógrafo y cruzamos la calle para entrar al local.

Nos atendió un hombre bastante agradable. Nos asignó una mesa y fuimos a sentarnos.

–No he tenido ocasiones de charlar contigo– me miró– Siempre estás en el box de Ferrari y digamos que no soy bien recibido allí.

–Ya me lo imagino– respondí– Con toda la polémica entre Haas y Ferrari, mejor no mezclarze.

Ambos reímos.

–Sabes, Baréin es un lugar que no me trae buenos recuerdos. La última vez que estuve aquí, mi compañero casi pierde la vida.

–Grosjean...¿Cómo se encuentra?

–Bien, está en la IndyCar. Le va genial. Es un buen tío. Menos mal que se salvó.

–¿Por qué te fuiste de la Fórmula 1?– pregunté.

–Pasaron muchas cosas entre Haas y yo. Ellos no estaban contentos con mi trabajo y me terminé yendo al igual que Grosjean, para que entrasen Mick y Mazepin.

–Entiendo– el hombre de antes nos interrumpió con las cartas.

Pedí algo ligero para cenar. Él tenía que correr mañana y yo simplemente no tenía mucha hambre.

Quince minutos después, nos trajeron la cena. Yo había pedido una lubina rellena de verduras y Magnussen, algo de carne.

–¿Estudiaste algo en la universidad?– preguntó curioso.

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑩𝒊𝒑𝒐𝒍𝒂𝒓 // 𝑴𝒂𝒙 𝑽𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora