CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 103

CAPÍTULO 103

Había pasado una semana y el dispositivo ya estaba conmigo, no se lo dije a mi padre o hermano, pero seguramente Adam lo haría.
No volví a recibir ninguna llamada y eso me preocupaba. Bajé al escuchar que habían llegado y sus expresiones no eran las mejores.
Alexia se acercó a mi e intentó llevarme de nuevo a mi habitación, pero me negué a la espera de alguna noticia.

—¿Que sucedió? —miré a los hombres, ambos con expresiones preocupadas.

—Sam... —dijo mi hermano con lentitud y aquello aumentó mi preocupación.

—No creo que deba saberlo —interrumpió Alexia y mi padre estuvo de acuerdo.

—¡Dejen de ocultarme todo! —exclamé para que no se generaran ideas equivocadas. —habla, por favor

—Los Rogers recibieron... —intentó decir mi padre y negó, parecía no saber cómo decirlo. —Un dedo.

No pude ocultar mi sorpresa y dolor por lo dicho.

—Sam, reacciona —Alexia me tomó de los hombros y la miré —vamos, debes tomar tus medicamentos

—Estoy bien —mostré mis manos que se mantenían normales —¿Podemos ir al edificio? —miré a Daniel.

—No irás a ningún lado —respondió inmediatamente mi padre y lo miré con seriedad.

—Se supone que ahora tengo la mejor seguridad, ¿Por qué temes? —cuestioné sin una pizca de duda.

—Temo que también te secuestre,  Samantha. —se molestó caminando de un lado al otro.

—Daniel si no me llevas tú, iré sola y sabes que no miento. —sentencié y su expresión insegura lo decía todo, hasta que soltó un suspiro.

—Está bien. Papá estaremos bien, Sam necesita ésto y quizás pueda encontrar algo.

Sin más salimos, era la primera vez en mucho tiempo que salía de la casa y acompañada por mi hermano. El ambiente no era nada parecido al pasado y en parte lo sentía como un desconocido, aún nos faltaba arreglar nuestros asuntos, pero a su debido tiempo. Fuimos en total silencio hasta llegar al edificio.
Me detuve en su puerta para colocar el código y entrar seguida por Daniel.
Observé aquel lugar donde pasamos tantos momentos y respiré profundo, me dirigí a la habitación a paso lento y me encontré con algo que no esperaba.
La habitación era un completo desastre con cosas rotas y libros tirados, no parecía que alguien más lo haya hecho, conocía muy bien esa imagen y lo confirmé al encontrar un pote con algunas píldoras antidepresivas.

—Tom... —alcé la mirada encontrándome con numerosas fotografías nuestras. Aquellas que nos tomamos con diversión en momentos que sentía felicidad y tranquilidad.

Un nudo se me formó en la garganta, amenzante por lo que veía, y mi pecho sufrió una punzada al imaginarlo en aquel estado. Aún así, me mantuve.

Salí y Daniel me miró de inmediato, evité hacer cualquier pregunta que obviamente él sabría la respuesta, pero no era el momento.