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Gente bella y preciosa *les muerde la mejilla*. He vuelto luego de un breve hiatus que el trabajo me ha obligado a tomar; pero aquí vengo trayéndoles un pequeño fragmento más de esta bella historia, esperando que la disfruten.
Los adoro.

Nomás les aviso que actualizo desde mi telefonito, a ver si a la poderosísima versión para telefonos de la plataforma naranja no se le ocurre quitar los guiones largos. 
Anyway.

•••

—¿Cuánto tiempo ha pasado ya? ¿Tres años? —cuestionó Kurama despreocupado, teniendo a Endeavor delante—. Realmente no lo recuerdo, aunque si me preguntas la cantidad que me pertenecía de ese robo si puedo decírtela. Pero terminaste por llevártela y regresársela al gobierno.

—Aquella vez fui descuidado, pero esta vez no será así —habló Endeavor con voz grave y profunda, imponiendo su altura ante el hombre con cada paso que daba.

—¿Estás seguro de eso, número uno? —preguntó de vuelta el villano.

Pero el profesional no sabría que detrás de él y la conversación que tenía con Kurama, Hisagi preparaba un arma cargada con un dardo, listo para activar su particularidad en el instante en que la sangre que portaba aquel pequeño proyectil entrara en contacto con Endeavor.

—¿Crees que esta vez no necesitarás ocultar parte de la información para no revelar tu incompetencia como profesional? —atacó el hombre— ¿Qué noticia tendrás preparada para el mundo esta vez, héroe...?

Y antes de que el profesional contestara, el dardo de Hisagi dio en la nuca del héroe, obligándolo a quejarse por el impacto y la punzada que sintió al instante. No tuvo la oportunidad de preguntarse qué era lo que sucedía cuando experimentó una sensación de vértigo al instante, sin saber, aun, que estaba bajo los efectos de la particularidad del joven que acompañaba a Kurama todo el tiempo.

—Siendo tan solo un joven, dime ¿Cómo darías la noticia de haberme dejado escapar una vez más?

—¿Qué estás-

El número uno cayó al suelo habiendo perdido sus fuerzas de golpe y su mirada fue a dar a sus manos, apreciando la diferencia que había en ellas. Entonces, entendió que estaba bajo los efectos de una particularidad que, quizá, le arrebataba años de edad. Y cuando oyó la risa estridente de Kurama que palmeaba la espalda de un chico de secundaria, tal vez, el primer golpe que recibió provino por su espalda, descolocándolo al instante por no prever algo como eso; quizá la información de la policía habría sido alterada por el mismo Kurama para tenderles una buena trampa.

Supo entonces, que Kohaku no haría acto de presencia ahí y que él estaría en el centro comercial, como algunos temían. Tensó la mandíbula dando un breve repaso a la situación, al número de oponentes que tendría y la manera en que lograría sacar al chofer del camión de valores sin ponerlo en riesgo, al menos haciendo tiempo para recibir el apoyo que requería. Sin embargo, tanto él como Deku en algún punto de la ciudad con dirección al centro comercial, escucharon las indicaciones de Naomasa, dónde les informaba que le centro comercial también había sido atacado al igual que muchos alrededores de la zona, limitando el número de refuerzos y aplazando el tiempo de espera para su llegada.

Resistan... —finalizó el jefe de policía asistiendo uno de los tantos saqueos que ocurrían lejos del centro comercial.

—Esperaba que fueras más rápido siendo joven, héroe —se burló la gemela que manipulaba la tierra, sosteniendo en su diestra una roca que parecía no tener peso para ella y que tal vez se asemejaba a aquella que lo golpeó antes, provocando un gran dolor en su cabeza—. No es emocionante pelear con el número uno, Kurama —se quejó mirándolo con una postura encorvada.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora