12 - Guapo

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El lunes, cerca del mediodía, Hoseok entró a la tienda de Yoongi y miró a su alrededor, su amigo no estaba por ninguna parte y por un momento el pánico lo invadió al pensar que tal vez se le había olvidado que comerían juntos. Yoongi era alguien muy ocupado, siempre estaba en reuniones o tenía cosas que hacer relacionadas al trabajo, no es que alguna vez haya olvidado sus planes con Hoseok, pero existía la posibilidad de que pasara, ¿no?

Se acercó a una de las chicas que trabajaba allí y que en ese momento estaba acomodando unas guitarras y le habló:

—Hola Jihan —saludó, ella volteó rápidamente con una guitarra eléctrica en sus manos—. Oh, oh... cuidado con eso.

—Hola señor Hoseok —saludó, haciendo una reverencia corta—. ¿Busca al señor Min?

—Sí, y ya hablamos de esto, dime Hobi —ella sonrió un poco, los amigos de su jefe eran muy buenos, aunque Hoseok era el que más visitaba la tienda—, ¿Yoongi está aquí?

—En su oficina, sí —respondió mirando en dirección a las escaleras que no estaban a simple vista, hecho, alguien que no conociera la tienda, no la vería, ya que debía atravesarse una puerta para subir—. ¿Quiere que lo llame por usted?

—No, yo subiré, gracias.

La joven asintió y dejó que se marchara, sabía que no había problemas con dejarlo subir, de hecho, esa era una orden de su jefe; sus amigos podían entrar y subir sin siquiera pedir permiso. Pero claro que Hoseok siempre iba a preguntar primero.

Subió las escaleras de dos en dos, era vergonzoso admitir incluso para él mismo, que le emocionada cada vez que hacían algo ellos solos, y más cuando el mayor lo sugería, como era en esta ocasión. Yoongi le mandó un mensaje en la mañana y le preguntó si quería almorzar con él, a lo que Hobi, por supuesto, no se negó, aunque ya había llevado el almuerzo de casa para comerlo en el trabajo, no era importante, lo cenaría y listo.

En la parte de arriba del edificio se encontraban los baños para los empleados, una sala de descanso donde podían relajarse, almorzar, tomar un café siempre que quisieran o comer algunas botanas, también estaban las oficinas donde trabajaba el contador y también el equipo de marketing. Y en el fondo del pasillo, la oficina de Yoongi, a ese lugar sí nadie más que sus amigos podían entrar sin llamar antes.

Había estado en esa oficina cientos de veces, y no entendía por qué siempre llegaba hasta la puerta con el corazón latiendo demasiado rápido y las manos sudadas.

Yoongi abrió la puerta de repente, antes de que Hoseok golpeara, y al verlo, sonrió de inmediato.

—Hola —saludó, haciéndose a un lado para que el más alto pasara—. Iba a bajar a preguntar por ti, te escribí y no me respondiste.

—Hola, creo que lo puse en silencio —dijo sacando el celular de su bolsillo y encontrando los mensajes de Yoongi—. ¿Ocurre algo?

—Sí... —en ese momento, Hobi sintió pánico porque pensó que Yoongi lo cancelaria, eso tampoco nunca había pasado, pero podía pasar—. Quería saber si... no te importa que comamos aquí.

—¿Aquí? —Sintió alivio, a decir verdad—. ¿En tu oficina? —Yoongi asintió—. ¿Tienes algo que hacer? ¿Es un mal momento?

—No, no se trata de eso, es que, aquí estaremos más cómodos, es más privado.

—Claro, por mí está bien —sonrió, adentrándose más a la oficina, había metido las manos en los bolsillos para que Yoongi no viera que estaba más ansioso de lo normal—, ¿qué quieres que pida?

—Yo... ordené tu platillo favorito —continuó, cerrando la puerta una vez que Hobi aceptó la propuesta—. Galbitang con arroz, tranquilo, el arroz viene aparte.

Look at me || KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora