CAPÍTULO 15 || ADIÓS, L.A

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ARCO: VIAJE DE ESTUDIOS

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ARCO: VIAJE DE ESTUDIOS

📖 Narrador omnisciente

Era la una de la madrugada, y una suave brisa burlona se colaba por cada una de las ventanas de los cuartos del hotel, que se encontraban abiertas. Todos parecían dormir plácidamente, ya que, en unas horas, debían coger un autobús y un avión, que los llevaría de regreso a Corea del Sur.

De la nada, un móvil comenzó a vibrar en la habitación 312, provocando que Raven se despertase.

—¿Quién coño será? —susurró la joven, inclinándose para agarrar el móvil. Tenía tres notificaciones de WhatsApp.

—¿Quién es? —Haniel también se había despertado. Acercó su carita a la pantalla del móvil—. Uy, mira, es tú hermana.

«¿Cómo se atreve esta desgraciada a despertarme ahora?», Raven leyó los mensajes con rabia a la par que de su boca salía un enorme bostezo.

—¿Qué es lo que quiere? —preguntó Haniel.

—Quiere que nos veamos maña en el aeropuerto.

—Raven, deja de hablar sola y duérmete ya. —Daphne la había escuchado—. Cada vez te empiezas a parecer más a Wyatt, con eso de hablar al aire. 

Se acomodó nuevamente en la cama y se dio la vuelta envolviéndose como una croqueta en los edredones.

—¿Qué me parezco? —Rio en voz bajita—. Ya me gustaría a mí poder cambiar el color de pelo y ojos siete veces a la semana, sin necesidad de teñirme el pelo. —Mantuvo el mismo tono, para no despertar a nadie—. Vámonos a dormir otra vez.

Haniel se volvió a acomodar en la almohada de la chica y se quedó profundamente dormido.

—Mierda, ahora me hago pis —suspiró.

—Ah, no, pues vete al baño, que no quiero que crees el océano pacífico. —Incluso a altas horas de la madrugada, Haniel tenía repertorio para sus bromas.

Nada más salir, lo primero que hizo, fue dirigirse al servicio a toda pastilla. Tras acabar, se lavó las manos con jabón, agua tibia y se secó con el papel de manos que había encima del lavabo dentro de una cesta trenzada.

—Bien, ya puedo volver a irme a dormir. —Se estiró a la par que salía del servicio. Los párpados le pesaban, aún no tenía ni idea de cómo había corrido para ir hasta el cuarto de baño sin siquiera caerse en medio del pasillo.

Es cierto que en su habitación tenían un servicio, pero solo para lavarse los dientes y ducharse. Para ir a los servicios debían salir al pasillo y dirigirse a los lavabos del mismo.

—Si vas con los ojos cerrados por el vestíbulo, lo más probable es que te des con una pared. —Escuchó una voz que le resultaba familiar. Apenas podía verle con claridad, debido al cansancio, pero, ante ella, había una gran figura humana que parecía tener el pelo azul.

IRIDISCENTE © #1 y 2  [Libro Uno y Dos] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora