Sanar •[Soukoku]•

8

Estaba en un bajón emocional al escribir el capitulo anterior, cuando vi que un cap en particular tuvo más apoyo que el resto pensé "okay, concéntrate, esto es un fic bl de una ship, no una historia propia" y me empecé a sentir mal por creer les aburría mi narrativa, pero los mensajes de apoyo son como una curita en mi corazón para darme animo y seguir con el fic, así que me esforzaré como siempre y narraré a mi manera, aunque si que ahora habrá más Soukoku, solo que es importante Chuuya esté establecido en la ADA para seguir con Dazai sin tantas preocupaciones.

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Después de encender los generadores de humo no pudo evitar sentir un poco de nervios, aunque nunca lo dijera en voz alta, quería que Chuuya fuera oficialmente un Detective, no se podría enterar hasta que el pelirrojo saliera del edificio que prepararon para simular el secuestro de Rampo, no pudiendo verlo desde primera fila porque Chuuya descubriría inmediatamente que era él por su habilidad.

El pelirrojo llevaba semanas con muchas preocupaciones, le confió su preocupación de lo que opinarían sus amigos de la mafia al verlo en el otro bando, temía que Mori lo encontrara y acabara con todos como venganza, el tampoco quería que Chuuya volviera a quedar en la nada, mucho menos tuviera una crisis como la de después de perder a Las Banderas. Nakahara Chuuya era más humano que cualquiera, sufría por el resto, se hundía en su dolor cada que una situación lograba superarlo.

Dazai estuvo ahí cuando Chuuya dejó su máscara luego de que terminara el conflicto con Verlaine, se derrumbó por la muerte de sus compañeros, pero el Dazai Osamu de ese entonces era un niño sombrío que no sabía ni como expresar lo que sentía, mucho menos supo como consolar a Chuuya, solo se volvió mucho más irritante para que su compañero se distrajera de su dolor, y más tarde cayeron en un juego carnal para sobrellevar todo. Pero el Dazai de ahora, un hombre casi completo – si no fuera por su obsesión con tratar de morir –, desde que el pelirrojo llegó inconsciente y mal herido a la Agencia solo pudo pensar que esa debía ser su última oportunidad de redimirse. Apoyaría a su compañero como correspondía. Chuuya hasta el momento no había colapsado porque rápidamente tuvo gente a su alrededor para distraerlo, porque él no sufrirá como corresponde hasta que sepa nadie más puede verlo, casi nadie...
Es por eso que ahora siendo parte de la Agencia de Detectives oficialmente, su mente estaba más vacía: ahora venía la realización de lo que aquello significaba.

Le dijo que lo iba a recoger a su departamento en unas dos horas, teniendo dos planes a la mano según cómo se encontrara el más bajo.
Pero el tiempo ya había pasado, y ahora se encontraba frente a la puerta esperando que se abriera.
La puerta dio paso a un pelirrojo con ropa ligera. Sep, supondría iba a poner en marcha su plan "B", al menos las personas que pasaran por esa parte oculta de la playa podrían disfrutar de un buen vino.

– Dazai, lo siento, yo... Perdí la percepción del tiempo, iré... iré a cambiarme, supongo – iba a darse la vuelta sin querer mirar mucho al castaño, no quería que se diera cuenta de sus ojos levemente rojos, pero una mano en su muñeca lo hizo voltearse pese a mantener la mirada baja–. Lo siento, ¿no podemos cambiarlo a otro día?

– No es necesario salir, no estas bien.

Dazai ya había cerrado la puerta principal. Chuuya estaba cayendo en un agujero oscuro, y él tenía la cuerda para sacarlo de ahí.

– Me gustaría estar solo, ¿puedes irte?

– Lo que menos necesitas es estar solo –su contrario estaba tenso, estaba a punto de explotar –. Tu no has traicionado a nadie, Chuuya. No has hecho nada mal.

El mayor se rompió, se sentía como la mierda, un traidor, un desertor y abandona de familias. Sentía que aquellos que murieron por él en la Mafia se habían ido en vano, que sus amigos del otro lado lo iban a maldecir, que su familia viva en la Port Mafia lo iba a aborrecer. Solo quería desaparecer, y luego llegaba Dazai y como siempre, veía la versión más débil y expuesta de su ser.

Pero Dazai, el mismo que en algún momento movió los hilos para que se uniera a la Mafia, aquel que siempre le jodía, ese mismo que le hizo probar el fruto prohibido que era el sexo, y así mismo quien le partió el corazón al irse. Era él quien ahora buscaba remendar todo eso y estar ahí por primera vez, sin su máscara de bastardo insensible, sin actuar que lo odiaba, solo queriendo demostrarle lo real que era ahora lo que le prometió aquel día frente al atardecer.
El mismo que le abrió los brazos para refugiarse en él, el mismo que lo cargó hasta su cama por primera vez sin dobles intenciones y se recostó de lado para que ambos se mantuvieran el contacto con las suaves sábanas.

– Ellos siempre te han tenido mucho aprecio, estarán felices si saben que tú estás feliz – el pelirrojo solo se aferraba más a él. Dazai siempre parecía saber que decir cuando quería llegar a Chuuya.

El tener sus brazos rodeándolo lo hacía pensar que tal vez no estaba solo, que aún si lo odiaban o quisieran matarlo, iba a estar bien, porque tendría a la otra mitad de Doble Negro. Dazai realmente le hacía sentir que podría ser ellos dos contra el mundo mientras estuvieran juntos, por primera vez el vendado le demostraba más allá de las palabras que no lo dejaría solo.
Pasó mucho rato hasta que pudo calmarse lo suficiente como para poder mirar a su contrario.

– Me haces pensar seriamente en perdonarte... Esta es la primera vez que te quedas conmigo –susurró, casi como si solo se le hubiese escapado ese pensamiento.

– Y no será la última, no volveré a dejarte solo, Chuuya.

Esa sonrisa, tan suave y relajada, esa era una sonrisa que decía "te quiero", y por primera vez se la dedicaban a Chuuya, que entre la tristeza de su corazón y el nudo en su garganta, sintió su corazón acelerado, y solo podía seguir mirando esas orbes del color del chocolate.

– Te mataré si me vuelves a dejar...

– No tendrás que hacerlo.

Esa tarde solo se trató de calmar la mente abrumada de su compañero.

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Cap cortito, creo que esta perfecto tal y como está, solo Soukoku sanando.