Capítulo 4: Primer día

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Mi nombre es Lurix, desde pequeño siempre quise apoyar al resto de pokemon que necesitaban ayuda para no rendirse, cosa que yo hubiera hecho si no fuera por el héroe que me ayudó. Gracias a él, sentí como mi sueño se alzaba con el deseo de ayudar a los pokemon a llegar a la luz de la esperanza, para así honrar también el significado del nombre que me fue dado...

"Lurix, el pokemon que brilla con luz propia"

/Nota/Mira la intro si quieres/

Un ligero rayo de luz cruzó la ventana, iluminando la cara de Lurix, que se hallaba dormido.

La luz del sol fue suficiente para hacerlo despertar, haciendo que abriese los ojos para colocar una de sus patas delante de su cara, para protegerse de la luz. En ese momento se espabilo al darse cuenta de un dato. Se levantó rápidamente de la cama y quitó las sabanas, para suspirar aliviado ya que encontró lo que estaba buscando.

Lurix: Menos mal, te encontré... — agarraría la esfera y se la quedaría mirando, aun pensando en lo que el Treecko le dijo ayer. — Es imposible que haya muerto... — al decir eso, con actitud decidida, guardo de nuevo la esfera en su pelaje amarillento. — Luego pasaré por la biblioteca.

Luego, dirigió su mirada a la cama contraria, viendo como su dueño no se encontraba allí. Un segundo después dirigió su mirada rápidamente a la ventana, ya era de día.

Lurix: ¡Oh no! ¡Llego tarde! — diría mientras iba corriendo hacia la puerta, chocandose contra esta. Se sobo un poco la cara y está vez la abrió para salir corriendo.

Si mal no recordaba Morgana le dijo que a estas horas los rescatistas/exploradores y aprendices se hallaban en el Gran Comedor, para tomar un buen desayuno.

Corría rápidamente por los pasillos, ayudándose de los carteles y las señales que indicaban la dirección. Y al fin llegó a su destino, una gran puerta se hallaba delante de él, y este la miraba asombrado. Sin perder más tiempo abrió otra puerta que era más pequeña, y esta se encontraba al lado de la grande.

Lurix: Wow... — se quedó sin palabras, mientras observaba el lugar.

Pokemon de todos los tipos, de todos los tamaños, se hallaban bajo el mismo techo, que era bastante grande por cierto, al igual que la zona. Se podía también escuchar todo el alboroto de las charlas. El sitio se dividía en zonas, principiantes y expertos, así que Lurix se dirigió a la zona en donde le tocaba.

Siguio admirando el lugar hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

Blast: ¡Ey bro! ¡Estamos aquí! — el Riolu reconoció al Squitle y al resto de sus compañeros, que se hallaban en una mesa al fondo.

Rápidamente con una sonrisa se dirigió allí, para sentarse en un lugar que le habían dejado.

Lurix: Perdon por llegar tarde, me quede dormido... — diría con una sonrisa apenada mientras se frotaba la nuca con una de sus patas.

Volt: Traqui, te pasa lo mismo que a Blast, siempre se le pegan las sábanas y yo ya me he convertido en su despertador.

Blast: ¡Oye, ese comentario no mola! Y que conste que tengo el sueño pesado, nada más.

Todos se rieron, bueno, todos menos Stryker y Karma, que se encontraban en una mesa aparte. Al dejar de reírse, Lurix miro a sus compañeros, pero sabia que faltaba alguien. Fruncio el ceño al recordar lo de anoche, pero no iba a dejar llevar por sus emociones, lo hecho hecho esta y el descubriría eso más tarde.

ℙ𝕠𝕜𝕖́𝕞𝕠𝕟 : 𝗙𝗿𝗼𝗻𝘁𝗲𝗿𝗮𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora