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Debido al Heroetron, Jhon, un Bonk-choi afectado por el mismo se embarca a la sede planta junto a sus dos amigos (igualmente afectados por dicho artefacto) para volverse héroes.
Peleas, una pizca de traumas, un tanto de homosex...
️⚠️ ATENCIÓN ⚠️ EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE POCO DE DESCRIPCIONES DE VIOLENCIA EXPLÍCITA, GORE E IMAGENES PERTURBADORAS QUE PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DEL ESPECTADOR. PROCEDA CON PRECAUCIÓN
⨴Hostilidad⨵
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Ambos chicos caminaban tranquilamente, Cap le dio un mini tour pero se terminó dando cuenta que Jhon ya había visitado todo por su cuenta, así que decidió mostrarles las afueras, cosa que a Jhon le gustó más que nada.
— Y aquí hay una de esa trampas de cuerda, lo digo para que no vayas a caer por accidente en el — El de sombrero, que estaba en cuclillas para mostrar la trampa, miro de reojo al de lentes rojos, quien le sonreía dulcemente.
— Y ¿Alguna vez han caído los zombies? — Jhon borró un milisegundo su sonrisa para poner cara de curiosidad.
— Solo hay tres o cuatro sonsos que caen en está simple trampa: Bugaloo, Zombidifinito, Inmorticia y rara vez se cae Citrón aquí — Lo último lo menciono antes de reírse un poco, recordando como Citrón había gritado cual Goofy.
— Tengo una duda, ¿Desde hace cuanto no pelean con los zombies?
— Desde que Dave enfermo. Toda zomburgia y zombopolis está bloqueada a piedra y lodo, nada entra ni nada sale, a menos que Edgar lo autorice.
— Ya veo, ¿Eso quiere decir que han tenido estos dos meses libres? —Jhon se agachó hasta topar cara a cara con el pelinegro.
— Algo, solo peleamos con zombies comunes y rara vez con zombies agresivos. — Miro fijamente al de lentes.
— Ya veo, ¿Entonces que han hecho todo este tiempo?
— Patrullar y ya, realmente no hay mucho que hacer y sigo sin saber porque no descanso cuando duermo, Ugh — Bajo la cabeza mientras se tallaba suavemente sus ojos, parpadeo un par de veces y miro hacia adelante.
— ¿Nunca ha intentado leer o hacer manualidades? Eso te cansa mentalmente, y mucho — La manera tan dulce y suave de su tono de voz hizo a Cap entrecerrar sus ojos.
Se preguntaba el porque tan amable, normal que sospeche, vivir rodeado de Bonk-chois agresivos y que uno venga y te hable tan amable de la nada le asustaba e inquietaba un poco pero la calidez del menor hacia que se mantuviese tranquilo. Para Chiaki, ver a aquel chico era como ver a un perro de gran tamaño, tan amable, tierno y juguetón pero intimidante por su tamaño; para un hombre de perros, eso le era agradable.
Siguieron su camino hasta llegar al final del bosque, al limite del bando zombie; separados por una reja estúpidamente grande y un lago muy grande y estrecho, ambos se sentaron un momento en el borde de aquel sitio, el aire eratandulce y tranquilo, además de que el lugar estabainundadoporunaroma a tierramojada.
