Capitulo dieciseis

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Escalofrío pero a la vez un sudor recorriendo mi espalda era mi situación en el momento en que escuche su voz detrás de mí. Mis ojos no tardaron en verla llegar, posicionándose frente a mí con su ceño fruncido apretando su mandíbula.

-Yo... - balbucee nerviosa. Verla en ese estado de provocaba temor. Seguía siendo ella pero no olvidaba que aun era Fabray y, teniendo en cuenta mi mala experiencia con uno de ellos, esta no prometía mucho.

- ¡No vuelvas a tocar mis cosas! - Arrebató la fotografía de mis manos - ¿Has oído? - se asegura tras mi silencio.

- Yo... lo siento... no quería - vuelvo a balbucear y la sensación de sentirme expuesta y ridícula frente a ella vuelve.

- ¿Has oído? - aprieta mas su mandíbula.

- Si. - susurro agachando mi cabeza siendo regañada como una niña de seis años.

- Cámbiate. Debemos irnos.

No hay beso, mucho menos un Buen día preciosa, me gusto mucho hacer el amor contigo. Bueno, después de lo que hice tampoco pretendía flores de su parte, pero ¡Demonios!. No he hecho nada. He encontrado esa foto de casualidad.

Suspiro.

Una mujer embarazada.

Mi cabeza vuelve a maquinar cosas o pensamientos como cuando Samuel confeso que Quinn era casada o su pasado familiar. Cierro mis ojos y suspiro. Ella ya no está más frente a mí, solo puedo oírla cerca pero no está en esta habitación.

Me giro y vuelvo a ver el cajón abierto con una remera a tiras burlándose de mí al descansar encima de las demás. Ya he arruinado el encuentro ¿Qué más da?

- ¿Quinn? - Intento localizar el ruido pero ahora parece lejano - ¿Quinn? - Vuelvo a intentarlo recibiendo solo un "Hmmm" - No he traído ropa, solo tengo mi vestido de anoche. Me preguntaba... si puedo tomar ropa tuya. - El silencio se extiende y oigo la ducha abrirse. Ella aparece por la entrada de la habitación que descansa a mi costado izquierdo. Me ha dado el mejor susto de todos - ¿Cómo.... - miro la puerta frente mío perteneciente al baño.

- ¿Quieres tomarte una ducha conmigo? - Frunzo mi ceño y trago saliva nerviosa.

- ¿Contigo? - La boca me tiembla al hacer la pregunta.

- Para hacer las paces. Tú te duchas conmigo, y yo olvido el tema de la foto.

Mi estomago se pone duro, tan duro como una piedra y siento que mis bragas ya comienzan a mojarse al pensar en las palabras "ducha" y "Quinn" juntas. Pero el tema de la foto no estoy segura de querer olvidarlo del todo. Quiero discutirlo, saber sobre eso, mi curiosidad nata me pide a gritos que averigüe, pero no soy estúpida, ahora no obtendré lo que busco y ya corro con desventaja.

- Rachel, no soy buena con las disculpas. Responde.

- Me encantaría llegar a un acuerdo bajo el agua, y tu baño, más precisamente tu ducha, llama poderosamente mi atención. Me gustaría darle una probada.

- Y yo a ti - Se posiciona detrás de mí comenzando a dejar besos detrás de mi oreja. Mis mejillas se tiñen de rojo - ¿Quedo como loca si te digo que me encanta el olor que desprendes cuando sudas? - Me muerdo el labio sintiéndome avergonzada e intento zafarme pero ella me lo impide.

- Tssst - Me chista como si fuese un perro

- Yo estoy loca por ti. Es un empate - decido entrar en el juego. Solo recibí la palma de su mano en mi plano vientre sintiendo como aprieta con sus dedos mi piel desnuda, empujando contra su cuerpo.

Muevo un poco mi cintura y a cambio recibo un gemido por frotar mi cuerpo con el suyo.

- No sé que tienes, pero me apetece follarte todo el día. - Me aprieta aun mas mientras se desprende de su ropa.

THE BLACKLISTWhere stories live. Discover now