Banshee || Xavier Thorpe y Ajax Petropolus

Capítulo 11

Primer Acto || Parte Once

"Conexión especial"

Después de que los Hale le explicarán a la directora lo que estaba ocurriendo los mando a su habitación, ahora ellos se encontraban sentados en su cama uno alado del otro. Hace rato se habían cansado de llorar, su mente no dejaba de pensar en sus padres y la manda. 

—¿Qué vamos a hacer Beck?

—No lo sé. 

Nuevamente el lugar se hunde en silencio total, al menos hasta que su puerta fue tocada tres veces. 

—Chicos, ¿puedo pasar?—la voz de Enid se escucha del otro lado.

Silencio. 

—Sabemos que están ahí, solo queremos saber cómo se encuentran—fue el turno de hablar de Yoko. 

Silencio.

—Al menos den una señal de que siguen vivos—ruega Ajax—. Por favor. 

Silencio. 

—Suficiente—Xavier abre la puerta ignorando los reclamos de su amigos.

Los cuatro se adentran a la habitación, cerrando la puerta detrás de ellos.

—Fuera—ordena Asher sin mirarlos. 

—No nos iremos—responde Xavier cruzándose de brazos, su mirada recae en la rubia. Una punzada atraviesa su corazón al ver el estado de la Hale. 

—Ni siquiera te importamos—Asher responde borde mirando con desagrado al artista. 

—Chicos... —Enid trata de acercarse a ellos.

—¡He dicho que fuera!—grita Asher asustando a su mate, se arrepiente de su arrebata al ver como Enid retrocede sobre sus pasos—. Enid...—la mira arrepentido. 

—No nos iremos—vuelve a repetir Xavier—. Se que no estamos en buenos términos, pero estoy preocupado por ustedes. 

—Deberían explicarles a ellos su situación, los cuatro podríamos ayudarles—les pide Yoko preocupada.

—Queremos ayudarlos—Ajax menciona acercándose cuidadosamente a los mellizos, no quería sobresaltarlos con un movimiento brusco—. Por favor—suplica tomando la mano de ellos entre las suyas. 

La mirada de los mellizos choca contra la de Ajax, se vieron atrapados rápidamente en su mirada, aquella que los miraba con preocupación y esperanza causo un sosiego en su interior.

El leve brillo dorado que reflejaron sus ojos por unos segundos no paso desapercibido por los otros tres adolescentes. Xavier y Enid sintieron una punzada atravesar sus corazones, a la vez que un sentimiento de anhelo los invadía. 

—Les contaremos todo—aceptan finalmente los mellizos.

Ajax les sonríe cálidamente, su acción lleno los corazones de ambos con una extraña calidez que jamás habían sentido, ni siquiera cuando encontraron a sus mates. 

Entendieron en ese preciso momento, en cuanto sus miradas se encontraron y se genero aquella conexión especial, serían lo que Ajax necesitará que fueran para él, así como hacer cualquier cosa por él.

A partir de ese día el gorgona se convirtió en alguien importante para los mellizos, se volvió su ancla, su control. 

Pocos afortunados pueden encontrar a su mate, pero solo aquellos bienaventurados son capaz de encontrar a su soulmate, su verdadero complemento. 

Las palabras de Peter resuenan en su mente mientras se sientan a cada lado de Ajax tomando sus manos, el gorgona reafirma su agarre haciéndoles saber que el estaría ahí para ellos. 

Theo manejaba por la carretera, Liam a su lado no dejaba de morder su labio inferior.

—Deja de hacer eso—gruñe Theo. 

—¿Qué?—lo mira desconcertado. 

—Deja de morderte el labio, estoy manejando.

—No me estaba mordiendo el labio—frunce su ceño.

—Lo haces siempre que estas preocupado o quieres provocarme, aunque en estos momentos no creo que sea la segunda opción—sonríe de lado ante una idea que llega a su mente—. Aunque podría estacionarme si así lo quieres. 

—No empieces—golpea su hombro, el contrario suelta una risita—. Esto es serio Theo, los niños corren peligro y tu solo piensas en sexo. 

—No escucho que te quejes cuando te tengo en...—no termina su frase al ser golpeado de nuevo por el ojiazul—. Bien, ya entendí—rueda los ojos.

—Tenemos que pensar en una mentira para excusar la falta de Derek y Lily—Liam se recarga cansado contra en respaldo. 

—Todo estará bien—Theo toma su mano—. Siempre hemos sobrellevado cualquier situación, podremos con esta. 

—Me preocupan los niños, yo tenía 15 años cuando descubrí este mundo y tuve miedo, ellos nacieron en el almacén de los Argent cuando fue lo de la lista de la muerte. Han estado en constante peligro desde que nacieron, creí que al fin tendrían un respiro de todo esto y podrían crecer como adolescentes normales.

—Todos sabemos que nunca será así, por eso los mandamos a esa escuela. Teníamos la esperanza de que al sacarlos de Beacon podrían escapar de todo esto. 

—No soy creyente, pero rezo porque puedan tener al menos un año tranquilo. Hace mucho que no tenemos un descanso de este mundo. 

—En algún momento ocurrirá Liam, tengamos fe de que así será.