XII

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Su cabeza es un constante martirio que le recuerda a cada instante el grave error que está cometiendo pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Lo había pensado de todas las maneras posibles, intentar escapar, tratar de esconderse, desaparecer silenciosamente durante la noche mientras realizan el cambio de turno para vigilarlo, incluso pensó en matarlos de la manera más atroz desprendiendo sus cuerpos en partes, después de todo sabe que tiene la capacidad para hacerlo y no sería ningún problema acabar con sus vidas. Sin embargo, todas sus ideas se veían obstruidas cuando piensa el riesgo que corre Jiyoon.

Todo lo que puede hacer ahora es acatar las órdenes y seguir caminando en la delantera.

Porque sí, lo mantenían adelante de ellos como método de vigilancia, sin mencionar que cada vez que cruzaban algún infectado era él quien debía ensuciarse las manos para matarlo.

Las indicaciones eran sencillas, él obedece y su hijo está a salvo.

El niño va en brazos de la pelinegra unos pasos detrás, se ve tranquilo pese a que demostró cierta incomodidad al encontrarse entre los rostros nuevos, bastaba con mirar al alfa para confirmarle que todo marchaba bien.

Realmente se habían montado un buen teatro para con él, tratándolo bien y aprovechándose de su inocencia para apremiarlo con chocolates, no es su culpa y lo sabe, sabe que Jiyoon es muy obediente, que no causa problemas y es silencioso. Yoongi lo prefiere así. Está el hecho también de que su hijo es ajeno al mundo exterior y los seres vivos que lo conforman, aún no ha visto nada más que infectados y vegetación, tampoco ha convivido con nadie más que su familia. Es algo que le hubiera gustado enseñarle en su debido momento mas no por el momento, que es muy pequeño para comprender ciertos aspectos y defenderse.

Han pasado tres días, originalmente ya deberían estar en Busan pero fue imposible llegar sin descanso. El alfa no recuerda haber recorrido el camino que transitaron anteriormente pero cree saber el motivo.

Habían cruzado una ciudad abandonada donde tuvieron inconvenientes con el exorbitante hedor de los cuerpos en descomposición, en su mayoría inertes, otros arrastrándose, tanto personas como animales en cantidades que relatan la masacre de una población entera. Se encargaron de acabar con los más veloces y los carroñeros que eran mortalmente peligrosos. Yoongi pudo comprobar la buena puntería de los tres silenciadores que cada uno portaba, estaban perfectamente equipados en munición.

-- Es buena con los niños.

Escuchó decir por parte de Chanyeol a su lado, refiriéndose a la mujer que sostiene a Jiyoon y le da de comer de la misma lata que ella come. No se ha separado ni un sólo minuto de él, al igual que su hijo de ella.

Tomaban un descanso después de horas.

No puede asegurar aquella afirmación ya que conoce poco y nada sobre ella, al igual que ellos. Lo que si entiende es que tenía la capacidad de manipular con palabras dulces y delicadas, risas y sonrisas falsas que engañan.

Conocía ese tipo de engaños, los conocía todos tras años de experiencia con los humanos, quienes lo trataron diferente desde que tiene memoria y uso de razón. Su vida había sido una cruel batalla incluso antes de que todo el mundo se vaya al carajo. Tal vez lo mejor que le sucedió fue la misma destrucción del planeta para darse cuenta de que era un merecedor superviviente. Fue gracias al apocalípsis que conoció a Jimin después de todo.

-- Tenía un hijo cuando la conocí, era su única prioridad. -- volvió a decir Chanyeol no conforme con el silencio del alfa, sintiéndose ignorado. -- Pero murió. Desde entonces ella ha cambiado mucho, entró en depresión, comenzó a beber y de pronto al siguiente día la vi practicando combate, interesada en las armas de artillería. Fue muy valiente.

I N S I D EWhere stories live. Discover now