CAPÍTULO 40

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CAPÍTULO 40

RECHAZADO POR SU MAJESTAD

Una vez introducido el diminuto coral en la bañera, este se dividió en innumerables corales pequeños y se hinchó ligeramente, hundiéndose bajo el agua uno a uno creando un hermoso mundo oceánico.

He Xile estaba asombrado —¿¡Cómo voy a bañarme en esto?!

Era tan bonito que no podía soportar meterse a la bañera y echarlo a perder. El fondo de esta ya estaba cubierto de coral, así que cuando entrara, ¿no se le encajarían en el trasero?

Pobres corales aplastados.... pobre culo aún más patético.

He Xile recargado al lado de la bañera, miraba en silencio el coral pensando seriamente en no bañarse; porque, por un lado, no puede soportar estropearlo y por el otro, realmente no sabe cómo entrar.

He Xile suspiró levemente y se disponía a ducharse cuando, de repente, golpearon dos veces la ventana lateral.

Giró la cabeza, y de un vistazo, vio una pequeña sección de tejido blando aferrado a la ventana, de grueso a fino, desde el ángulo de He Xile, podía ver claramente el contorno de las ventosas de la otra parte, obviamente era el tentáculo de algún gran pulpo.

—Hiss, ¿el gran pulpo viene a jugar conmigo en este momento?...

Si lo pensaba bien, no estaba mal, al menos no fue un ataque furtivo en mitad de la noche, e incluso supo llamar a la ventana.

—¡Primero me voy a duchar, por favor espera un momento!

Tras decir esto, se dio un baño muy rápido. La ducha de un hombre puede durar a veces tan sólo cinco minutos.

El gran pulpo estaba obviamente esperando, y He Xile tenía prisa.

Abrió la llave del agua, se enjuagó la espuma del cuerpo y se colocó rápidamente delante de la máquina para secarse. He Xile no volvió al baño hasta que se puso un pijama limpio.

Con un golpe seco, su mano huesuda estiró el brazo y abrió la ventanilla.

Casi al instante, un largo tentáculo de pulpo entró junto al brazo de He Xile, y su creciente cuerpo empujó al pequeño humano hacia un lado.

El gran tentáculo del pulpo se precipitó al cuarto de baño y se zambulló "de cabeza" en la hermosa bañera cubierta de coral.

He Xile tenía puntos suspensivos en el rostro.

—¿¡Eh?!

Aquello no era exactamente lo que esperaba.

Aún le quedaba un poco de baba pegajosa y resbaladiza en el brazo, He Xile no tuvo tiempo de preocuparse por ello, miró al gran pulpo, o más bien, al "gran tentáculo del pulpo" que se revolcaba lentamente sobre el coral del interior de la bañera, alzando de vez en cuando la punta de su tentáculo cómodamente, hasta quedarse completamente quieto en su sitio.

—¿No estaba aquí para jugar conmigo?, ¿Por qué fue directo a la bañera nada más entrar? ¿Y sin dudarlo?, ¿Vino el pulpo aquí sólo para darse un baño? ¡Maldita sea!, ¡acaso no tenía su propia bañera!

He Xile se quedó sin habla, pero viendo que el gran pulpo se divertía, prefirió no decir nada.

Entonces tuvo tiempo de prestar atención a su brazo y vio que estaba manchado con algo de baba. Se fue a un lado y abrió el agua del lavabo y se lo lavó lentamente mientras charlaba con el tentáculo que reposaba en la bañera.

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIOWhere stories live. Discover now