Otra alma

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— A-Huan, realmente estás siendo escurridizo hoy. ¿Debería morderte para que no te me escapes? ¿O atarte a mi cama?



— ¡Desvergonzado!

— Podría ser mucho más si lo quisieras, Huan-ge

Zewu Jun estaba entre que no sabía si sentirte horrorizado, o profundamente bendecido. Jiang Wanyin lo había visitado en un acto bastante impulsivo, y cuando estaban en su Hanshi prácticamente le había arrebatado la cinta para besarla. Y había intentado besarlo a él.

De nuevo, la idea no le molestaba en absoluto.

¡Lo que sucedía era que tan solo unos días atrás seguía rechazándolo!!

— Jiang Wanyin.... Por favor compórtese... -le suplico porque era todo repentino.

Pudo ver una expresión de confusión en su acompañante que finalmente retrocedió a su lugar frustrado ante los rechazos. Lan Xichen suspiro algo aliviado por ello.

— ¿Qué sucede contigo? -chasqueo la lengua mientras se cruzaba de brazos- Primero no me avisas que vendrías aquí, y luego vuelvo a verte en ropas de Gusu... No es que realmente me moleste, pero...

— ¿Por qué debería avisarle que estaría en mi hogar? – y la expresión de confusión fue mucho más profunda. No entendía, no comprendía que estaba pasándole a Jiang Wanyin.

— ¿Cómo que por qué? – y una expresión de enojo se asomó en su rostro, al tiempo que Zidian comenzó a centellear.

Lan Xichen se dio cuenta que en el tiempo que llevaba conociéndolo, no lo había visto como ahora: detenerse y controlar su genio. Respirar para calmarse y serenarse antes de continuar la plática.

—Eres mi puto esposo, por eso. – y tomo la cinta que había dejado sobre la mesa, la forma de tomarla era con suavidad y cariño- ¿O es que de un día a otro tu cinta ya no vale? A-Huan, ¿acaso esto es un castigo? ¿o finalmente te has cansado? Si es así, solo dime... Dime y te dejaré libre.

¿Esposo? ¿Desde cuándo? El jade ciertamente estuvo a punto de decirle que no jugara con él, que no bromeaba... Pero la forma en cómo había dirigido la mirada hacia la cinta, el cómo había ido cambiando su expresión desde una traviesa hasta una que parecía desolada...

"Dime y te dejaré libre"

Le recordaba a cuando había hablado con Jiang Wanyin para cortejarlo, porque ciertamente estaba interesado.

"Hay mejores candidatos que yo, vete a la mierda."

— Supongo que el silencio es la respuesta...- susurró Jiang Wanyin, dobló con sumo cuidado la cinta para dejarla sobre la mesa, se apartó un poco e hizo una reverencia- Lamento haberte atado a mi durante años.

— No...- y no pudo soportar más la escena, se levantó para cambiar de lugar y sentarse cerca. Algo lo impulsaba – Espera... por favor -le pidió e impidió que siguiera haciendo la reverencia.

Había algo en las palabras de Jiang Wanyin que no tenían sentido para él. ¿Esposos? ¿años? Y la forma tan familiar de dirigirse hacia él.

— ¿Qué? ¿Acaso ni siquiera me dejaras guardar cara por esto? – frunció el ceño y apretó los puños, en todos esos años su esposo siempre había tenido palabras suaves ¿Por qué...? ¿por qué sentía que había despertado y todo el mundo estaba cabeza arriba?

— Creo... que hay una confusión...

— ... ¿Sabes qué? ¡Vete a la mierda, A-Huan! ¡¿CÓMO ES ESO QUE PUEDES ESTAR CONFUNDIDO?! ¿QUÉ TIENE QUE VER? – no quería decirlo, no quería volver a pensarlo, pero una vieja inseguridad volvió a resurgir. Una voz interior que no había escuchado en mucho tiempo "No eres suficiente"

Intercambio de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora