𝐚𝐥𝐥 𝐢 𝐰𝐚𝐧𝐭... [ᵃˡˡ ᵒᶠ ᵘˢ ᵃʳᵉ ᵈᵉᵃᵈ ˣ ᴼᶜ]

𝟸.𝟽

– ¡No se puede abrir, está cerrada por fuera!

Mientras que Yoona se encargaba de seguir sosteniendo un par de jaulas para evitar que se deshaga el nudo que las unía, Jungwon estaba a su lado rezando con toda su fe para que puedan salir vivos de ahí a la vez que soltaba algunas lágrimas.

Unos cuántos segundos después, la luz que entró por la puerta abierta llamó la atención de todos.

– ¡Salgan ya! - gritó Su-hyeok, jalando del antebrazo a Jungwon y también a Yoona, ya que aún estaban unidos por la soga.

Una vez que el trío estuvo fuera del recinto, la Yang mayor se acercó a su menor para deshacerse del nudo que los unía.

– ¿Están bien? - les preguntó Lee al acercarse a ambos.

– Sí - contestó Jungwon, aún con algunas lágrimas en los ojos.

– Todo bien, supongo - dijo Yoona.

– ¿Todos pueden correr? - preguntó el señor Nam.

– Sí - respondieron algunos, mientras que otros solo se quedaban en silencio. Yang mayor tomó las mejillas de su menor y las acarició un poco, limpiando algunas lágrimas que seguían bajando.

– Bien - el mayor hizo una pausa antes de seguir hablando, apuntó con su dedo algún lugar cerca de ellos - Crucen las canchas y la obra de construcción y llegarán a la montaña, ¿de acuerdo? Si llegan a la montaña, llegarán a Yangdong.

– ¡Señor Nam! - gritó Cheong-san, captando su atención.

Un zombie se acercaba corriendo hasta donde se encontraban, aunque el padre de On-jo había logrado tirarlo al suelo para luego torcerle el pie, de esa manera evitando que el monstruo pudiera acercarse a los menores.

– ¡Chicos, corran!

Casi por instinto, y con algo de esperanza, mientras que el par de hermanos Yang comenzaban a correr junto a los demás, la mirada de Yoona se había dirigido hacia atrás, con una mínima esperanza de poder ver a su progenitora corriendo detrás de ellos y alcanzarlos, tal y como la mujer había prometido, en cambio, solo logró observar cómo el señor Nam corría hacia ellos algo cansado.

– ¡Corran, rápido!

Llegaron a una pequeña reja que, para fortuna de ellos, se encontraba abierta y todos empezaron a entrar, aunque Jungwon fue interceptado por un Su-hyeok algo alterado por haber perdido de vista al menor por unos cuantos segundos, ocasionando que Yoona mirara de forma rara al más alto. Una vez que todos estuvieron dentro de la pequeña cancha, el padre de On-jo cerró la reja de seguridad y comenzaron a avanzar hacia la salida, aunque no llegaron ni a la mitad cuando vieron como los zombies los esperaban en la puerta.

– ¡Carajo!

Todo el grupo se quedó de pie, estáticos, sin saber exactamente qué hacer.

– No podemos salir… no podemos - murmuró Dae-su.