Capítulo 21

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Capítulo veintiuno

―te aseguro que no tengo nada que ver con estas amenazas, si bien es cierto estaba en contra de tu matrimonio, nunca recurriría a tales métodos y mucho menos pondría en peligro a mi nieto y a tu esposa, es doloroso descubrir que tienes esa opinión de mi hijo, pero supongo que es merecida después de como discutimos la última vez que nos vimos y las duras palabras que te dije, ―acepto el Duque.

―padre, no sabes cuanto me alivia y alegra saber eso, he vivido con temor desde que las cartas comenzaron a llegar, unas iban con el sello del ducado, del Rey y otras anónimas.

―es realmente muy grave y comprendo más tu preocupación, porque ¿Quién más que yo tiene acceso al sello Ducal?, pero eso lo averiguaremos de inmediato, algo tan grave no puede quedar sin castigo.

―amerita una investigación profunda, no sabemos el alcance de todo esto.

―el hombre que trató de matar a tu esposa e hijo, ¿en dónde está?

―fue llevado a la cárcel, están esperando a que se les dé indicaciones sobre cómo proceder tanto con él, cómo con el otro que golpeo a Terry.

―pero, ¿Cómo?, ¿acaso sufrieron otro atentado del que no se?

―fue un caso aislado, verás...

Richard explicó lo sucedido con el borracho que casi mata a esposa e hijos, no solo eso, también el papel de William y todo su apoyo desde que lo conoció a raíz de la primera vez en que Candy salvo la vida de Terry.

Si con eso el Duque ya sentía admiración por la pequeña señorita Andrew, al corroborar lo dicho en los periódicos, acerca de la heroica intervención de la niña para salvar a Eleonor y Terry, quedo al igual que Richard muy agradecido con esta, importándole muy poco el origen incierto de ella.

En el salón, la Duquesa compartía con Terry, Eleonor y los Andrew, comprendió en poco tiempo el amor de su nuera hacia su familia, ella renunció a su carrera, la cual ella supo por las investigaciones que hizo por su cuenta, que tenía un gran futuro en los escenarios, pues a pesar de su juventud, todos conocían de su talento.

Richard, Eleonor y Terry fueron hospedados en el castillo de Grandchester, el Duque no iba a permitir que su hijo estuviera lejos de el por más tiempo, no ahora, después de comprender el peligro en que estuvieron por causa de sus prejuicios.

Candy y Terry lloraron su rato al despedirse, pero era el momento, sus padres prometieron que se verían nuevamente y eso los consoló un poco, por otro lado, Albert tenía que presentarse a la universidad pronto, por lo que la pobre niña parecía que no pararía de llorar ese día, pero para su consuelo William le aseguró que iría con él, a dejar a su hermano a la universidad.

Candy estaba maravillada con la vista de todo a su alrededor, el camino para ella siempre era algo digno de admirar, acompañó a su hermano mayor todo lo que le fue posible, haciéndolo prometer que escribiría a menudo, un cálido abrazo y un sonoro beso en la mejilla fue el cierre de esa despedida.

―cuídala mucho, pero recuerda no desmerites tu esfuerzo, ―pidió Albert a Dorothy que acompañaba a la pequeña.

―con mi vida joven y no me ponga esa cara, estamos en público, ―replicó sonrojada la doncella.

―estudia mucho Dorothy, aprovecha todas las lecciones a las que tendrás acceso, estaré monitoreando tus avances... cof cof, ―disimuló con una tos el rubio mayor, ―digo estaré pendiente de lo que me cuentes de mi hermanita.

La sensación de plenitud que le daba el saber que contaba con su padre y hermana era indescriptible, sufrió tanto al creer que ya no los tenía junto a él, ahora además contaba con su pequeña hermanita, no volvería a sentirse solo, su familia creció y eso era muy bueno.

Pequeña Señorita AndrewWhere stories live. Discover now