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*narra María*

La segunda parte del partido comenzó, los chicos salieron un poco desanimados pero sabía que lucharían por ganar.

A los cinco minutos de empezar la segunda parte Bencema marcó otro gol dándole la ventaja a su equipo, Lucía saltaba de alegria mientras que yo me limitaba a ver a Pedri, el cual se tocaba la cara en señal de frustración.

Finalmente los chicos perdieron y por mucho, Bencema marcó dos goles más poniendo el marcador 0-4. Lucía lo celebraba, no la había visto tan contenta en mucho tiempo mientras que tanto los chicos como yo estábamos tristes por la derrota.

Me sentía muy culpable, si no me hubiesen echo caso nada de esto habría pasado. Gavi tenía razón jugar como ellos solo empeoraría las cosas y aunque no jugaron exactamente así no habían jugando como ellos solían jugar.

Ambas bajamos al campo para animar a los chicos, aunque ni siquiera yo estaba de ánimos hoy, me daba mucha vergüenza tener que verlos pero les debía una disculpa, sobretodo a Gavi.

Pedri y Gavi nos vieron bajar y Pedri vino a abrazarme, sabía leerme la mente y creo que por mi cara sabía perfectamente que era lo que estaba pensando. Vino a abrazarme y me envolvió entre sus brazos.

— Lo siento todo ha sido mi culpa -dije abrazándolo con un nudo en la garganta verlo así y saber que era por mi me provocaba escalofríos-
— No ha sido tu culpa mi amor hemos jugado peor que ellos y no pasa nada la siguiente será mejor
— Ahora el equipo va a odiarme -dije-
— No lo harán, hiciste todo lo que pudiste con buena intención
— Pero habéis perdido por mi culpa y ahora no podréis ganar la copa del rey
— Rubia como escuche un ha sido por mi culpa más salir de esos preciosos labios te juro que me enfado
— Vale vale ya paro -dije separándome de él cuando Lucia fue a abrazarlo-

Vi a Pablo Torres y fui a abrazarlo, me daba pena ver a cualquiera de los del equipo así de disgustados por una derrota que no se merecían

— Perdón por hacer que perdierais -dije cuando me abrazo-
— Tranquila no ha sido tu culpa no hemos estado muy bien -dijo-
— Si no os hubiese dicho nada
— Habríamos perdido igualmente -dijo dándome un beso en la cabeza- el Madrid ha estado mejor que nosotros hoy no importa nada -añadió- me he enterado de que te has quedado encerrada con Gavi ¿que tal?
— Hemos podido solucionar las cosas -de una manera diferente pero lo hemos echo-
— ¿Por que lo dices así? -me pregunto-
— ¿Así como?
— ¿Que es lo que ha pasado?
— Nada
— María -dijo- te conozco muy bien y se que algo ha pasado
— Estuvimos a punto de besarnos -le dije susurrando-
— Lo sabia -dijo- ¿y por que no pasó?
— Porque Balde abrió la puerta -se rio- no hace gracia
— Vamos que lo hubieses echo en el puñetero vestuario del Bernabéu -dijo- qué fantasía
— Cállate -le dije dándole en el hombro-
— Venga ya si sabes que Gavi te tiene más ganas de las que tiene de pegarle a Vinicius
— Pablo ya -dije-
— Gavi quiere darte -dijo riéndose y salió corriendo haciendo que yo fuese detrás-
— Eres un guarro
— Solo soy sincero -dijo-
— No solo eres un pervertido -dije y él se paró para cogerme en brazos y hacerme cosquillas- para -dije riéndome-
— Solo quería que te olvidaras de toda esta paranoia -dijo haciendo que me derritiese, el siempre sabía sacarme una sonrisa- pero no creas que no pienso lo que he dicho
— Te quiero mucho - dije volviendo a abrazarlo-
— Y yo a ti -me dio un beso en la mejilla- deberíais de hablar sobre lo que ha pasado
— Lo se pero ahora no sé si estará enfadado de nuevo por perder o podremos hablar tranquilamente  -dije-
— Creo que le puede más el querer acostarse contigo -dijo otra vez de broma riéndose y le di en el brazo- vale vale ya paro pero en serio deberíais de hablar -añadió- mira ahí viene
— ¿Está enfadado?
— Gavi siempre está enfadado cada vez que su equipo pierde y más si su novia está saltando de alegría celebrándolo con los del madrid -dije mirando a Lucia y me reí-
— Está súper ilusionada por haber conocido a los del madrid
— Normal, si es su equipo
— Gavi la va a matar -dije-
— Puede que sí que tengan una peleita
— ¿Puedo robartela un momento? -dijo una voz a mi espalda-
— Claro -dijo Pablo- nos vemos luego

La casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora