19: Todo en un día

2.8K 132 4
                                    

16 de octubre de 2022

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

16 de octubre de 2022

Bajo las escaleras en piloto automático hasta la cocina para hacerme el desayuno. Y con las mismas, vuelvo a subir hasta mi habitación dejando todo sobre el escritorio. Enciendo el ordenador y me dispongo a repasar lo dado en clase.

Con el desayuno terminado y casi tres páginas de apuntes completas, mi teléfono interrumpe vibrando sobre la mesa y la cara de Pedri ilumina la pantalla. Sonrío y coloco el móvil para atender la videollamada.

—Que bien viven algunos —comento al ver que se acaba de despertar.
—¿Cuándo te despertaste? —pregunta y al terminar un bostezo se escapa de su boca.
—A las ocho —reviso la hora que marca mi teléfono en la parte superior izquierda. —No todos podemos despertarnos a las diez de la mañana.
—Tengo que descansar que luego tengo partido —murmura dejando el teléfono dándome una vista al techo y únicamente veo su brazo estirándose. —¿Vas a venir? —pregunta cogiendo de nuevo el dispositivo y enfocando su cara.
—No lo sé —muerdo mi labio inferior. —Entro a trabajar a las once y salgo sobre las tres, en principio.
—Vale —murmura junto a un suspiro. —Espero que no te manden quedarte.

Mientras que la llamada continúa me voy preparando para ir a trabajar, llevando el teléfono por todos los sitios de la casa con la cara del canario acompañándome. Salgo al coche, pongo el móvil en el soporte del coche y veo como él camina por su casa llegando a la cocina.

—Que pereza —quito el freno de mano para poner el coche en marcha.
—Cuando te des cuenta estás fuera, cariño.
—Espero —murmuro con una sonrisa por escuchar el apodo que lleva utilizando desde el día que le mande el mensaje.

El trayecto al trabajo se me hace demasiado corto y duro unos minutos hablando con él ya en el aparcamiento. Cuando el reloj marca menos diez, me despido para entrar a tiempo a trabajar. Subo a la zona de vestuario y bajo hasta la cocina ya con la ropa del trabajo.

—Bon día, Lía —me saluda un Joan sonriente antes de que entre a la cocina. —¿Qué tal?
—Con un poco de sueño —admito empujando levemente la puerta de la cocina. —Pero todo bien.
—Me alegro —sonríe mostrando toda su dentadura y asiento adentrándome en la cocina.

Mi trabajo de los domingos consiste en limpiar, preparar los pinchos del vermut, y cuando comienzan a dar comidas, es mi momento de irme. Aunque, a veces, tengo que quedarme a ayudar., pero espero que hoy no sea uno de esos días.

Este es el único trabajo del que me habían llamado: ayudante de cocina. Y he de reconocer que había influido que Fer trabaje en este restaurante para la elección. También tenían urgencia por incorporar a alguien ya que estoy cubriendo una baja de un mes de una chica que se fue de improvisto.

—Prepárame algún pincho más —asoma Joan la cabeza por la puerta de la cocina y dejo lo que estoy haciendo para ir a preparar lo que me pide.

Con la bandeja lista, abro la puerta y se la dejo en la barra. Y cuando me voy a girar para volver a la cocina, noto como sus manos se clavan en mi cintura moviéndome para pasar por detrás. Vuelvo a la cocina y me dispongo a continuar con la limpieza.

Sueños compartidos I y II | PedriWhere stories live. Discover now