Alma gemela revolcándose

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Toge estaba atragantado con un pastel, mientras veía películas con sus amigos.
—Hermano pareces un hamster —dijo panda.
—Dejalo, no ves que está feliz atragantado con su dulce —defiende Maki.
—Le haría bien atragantarse con cosas más interesantes que un pastel.
—Eres un sinvergüenza —reclama Maki.
Toge los miraba divertido a pesar de no entender las indirectas de Panda. Verlos discutir era casi refrescante. Aún así no se podía sacar la sensación bonita que tenía desde que vio al chico en la playa. Quería volver a verlo, pero, ¿No estaría traicionando a su alma gemela? Se había dicho así mismo qué primero sanaría bien y luego hablaría con su alma gemela, cuando cumpliera los dieciocho. Se suponía que eso pasaría, pero aquí estaba sintiendo mariposas, por un completo desconocido ¿Sería de esos enamoramientos fugaces? Como cuando vas en el transporte público o en el metro, ves a una persona muy bonita y piensas en esta por unos dias. Tal vez sea algo parecido, pensó Inumaki.
—En que piensas —pregunto Maki.
—Nada importante —gesticulo Inumaki —solo que me gustó la playa.
—¿Quieres ir mañana otra vez?
Toge se emocionó con la idea, tal vez volvería a verlo, quizás podría hablarle y contarle algunos chistes para alegrarle el día.
No se estaba centrando para nada.
—Quiero —dijo haciendo señas.
—Ves Panda, aprende de nuestro niño, el si es un joven educado y no está pensando marranadas.
—Toge no cuenta como un chico normal, el es demasiado tierno y chiquito.
—No hablen de mi, como si no estuviera —alego inumaki, agitando las manos rápidamente.

A la mañana siguiente se encontraba un Inumaki muy feliz, corriendo por la playa, en dirección al mar.
—Parece un niño de diez años, es tan tierno, quiero matar a su compañero destinado, como se atreve a lastimar a semejante masita —dijo Maki.
—No empieces, que me harás enojar a mi también y no queremos arruinarle el día —explico Panda.
Mientras Panda y Maki colocaban las toallas, Toge se metió al mar.
Estaba nadando feliz de la vida, cuando siente que lo arrastran mar adentro
—¡Pero si hay bandera verde! —pensó Inumaki, no debería haber corriente. En eso mira una ola grande apunto de reventar frente a él.
—Bien, aquí me muero —dijo Toge —Bueno... tuve una buena vida, comí dulces hasta reventar y me vestí con una falda. Mientras pensaba en todas esas boludeces, la ola reventó, Toge salió volando, con los pies apuntando hacia arriba y acabo rodando.
Inumaki termino con el traje de baño en sus rodillas y la cara en la arena. Se levantó lo más dignamente posible (si es que algo de dignidad le quedaba) y fue donde Panda y Maki. Suficiente mar por hoy.

Continuará....

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