56 | Especial

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4 meses habían pasado y noviembre llegó, y con este mes, varias fechas especiales se acercaban.

Betty y Jughead estaban cerca de cumplir 6 meses juntos y también Sarah estaba por cumplir años, con una semana de diferencia cada celebración.

- No quiero hacer mucho, mami. -Sarah admitió. - Solo una pijamada con mis amigas. Y que haya piscina. -juntó sus manos con emoción.

Betty enarcó una ceja. - Linda, pero en casa no tenemos piscina. -le dió una sonrisa triste.

- Pero aquí si hay. -Jughead dijo llegando tras ella, abrazándola por la cintura. - Puede ser aquí, no tengo problema.

- ¡Si, Betty! -Valerie se apresuró a exclamar. - ¿Te gustaría eso, Sari? -la pelinegra miró a su mejor amiga.

La niña asintió rapidamente con una sonrisa. - Claro.

- No sé... Serían, ¿Cuantas?

- Cinco amigas, Val y yo. -sonrió. Contó con sus dedos y la miró. - Siete.

- ¿De verdad no te molestaría, Jug? -Betty le preguntó a su novio y el negó.

- No, mi vida. Pueden dormir en la sala de cine, hay bastantes sofás y todos se convierten en cama. -explicó. - Y si a Sarah le gusta la idea, no veo el problema.

Betty suspiró. - Bueno, vayan a pensar que quieres hacer con tus amigas aquí ese día. -la rubia le dijo a Sarah.

Ambas niñas juntaron sus manos y se fueron corriendo al patio trasero, dándose ideas de lo que podrían hacer en la pijamada por el cumpleaños de la rubia más chica.

- ¿Y nosotros? -Betty le preguntó a Jughead, tomando su corbata.

- ¿Nosotros qué? -el enarcó una ceja, con una sonrisa

- Estamos por cumplir seis meses... -explicó. - ¿No haremos nada especial? -hizo un puchero.

El rió levemente y besó su frente. - Estaba pensando en eso ayer en la noche. Pensé que podríamos pasar el fin de semana en la cabaña...

- ¿El fin de semana completo? -ella abrió sus ojos como platos. - No sé, Juggie, ¿Donde dejaría a Sarah? Ya no quiero pedirle a Veronica, casi todos los fines de semana sale con Charles... -explicó. - Y no quiero que cancele algo por cuidar de mi hija, por más que se que lo haría sin problemas.

- Lo sé, nena. -asintió. - Pero pueden quedarse ambas con mi madre.

- Jug...

- Vamos, linda. -insistió. - Hace semanas no pasamos una noche o tan solo un día completamente solos. -se quejó.

- Pero me da pena con tu mamá. -explicó.

- Pero si a ella le encantaría, que dices. Ella ama a Sarah, se que no tendría problema. -se encogió de hombros. - Hagamos algo... Yo le preguntaré, dependiendo de su respuesta tu me dices si estás de acuerdo o no.

- Bueno. -ella asintió. - Está bien.

El sonrió y dejó un casto beso en sus labios.

- La llamaré en el camino. -dijo con emoción y Betty soltó una risa. - Ya debo ir a la empresa.

Ya había pasado la hora del almuerzo, la cual los cuatro pasaron juntos en la casa de Jughead, luego de ir por ambas niñas a la escuela.

- Me quedo con ellas. -besó sus labios. - Te amo.

- Te amo nena. -le sonrió y se alejó para asomarse por la puerta corrediza del patio trasero. - Me iré, niñas.

- ¡Adiós, Jug! -Sarah gritó desde el otro lado del patio.

- Chau papi. -la niña le lanzó un beso al aire y el rió, haciendo lo mismo.

- Te amo. -le repitió a la rubia tomando sus cosas. - Llámame cualquier cosa.

- Oki. -ella asintió. - Te amo.

Jughead salió de la casa y se dirigió a su auto, encendió este y comenzó a conducir luego de conectar su móvil a la bocina del auto y llamar a su madre.

- Hola, mi niño. -ella dijo al responder.

Jughead sonrió. - Hola mamá. ¿Como estás?

- Bien, estaba bañando a Totto. -explicó.

El pelinegro rió. - Mamá, quiero pedirte un favor. -explicó.

- ¿Para que me necesitas? -preguntó amable.

- Bueno, en dos semanas Betty y yo cumplimos seis meses juntos... -explicó. - Y queremos irnos un fin de semana a mi cabaña en la playa, bueno, fue mi idea.

- ¿Quieres que cuide a Val? Está bien, no tengo problema. -aceptó.

- Si... Pero no solo a ella. A Sarah también.

- Oh... Bueno, tampoco veo problema. -dijo al instante. - Sarah es un amor, y se que a las dos les gustaría estar juntas dos días.

- Le insistí mucho a Betty y me dijo que te preguntara, porque le daba pena dejarla contigo.

La mujer rió. - Como cree que no aceptaría. De verdad no tengo problema, hijo.

- Bueno, hablaré con Betty y luego te avisaré que decidimos. Gracias mamá, te amo.

- Y yo a ti, hijo. Cuídate.

- Adiós. -el sonrió, y cortó la llamada.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora