Capítulo 58

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Narrador omnisciente

La tela blanca se deslizaba por las escaleras de la gran mansión Seymour, atrás caminaban la suegra y la madre de la novia, ambas sonreían a mas no poder, estaban felices por el gran paso que sus hijos darían.

La puerta de cristal se deslizó para dar paso a Arthur, quien tomó el brazo de la adorada Alice, tenía una sonrisa de felicidad estampada en la cara, caminaron hacia el jardín, que se encontraba perfectamente decorado, las sillas se encontraban con elegantes enredaderas de flores artificiales blancas, de los árboles colgaban faros que iluminaban todo el jardín, colgaban telas con flores en ellas, mientras un camino de flores se encontraba frente a ella, el camino que la conduciría a su gran amor, a Steven.

Steven se encontraba nervioso, pero estaba feliz, muy feliz, tenía los ojos puestos en ella, en la hermosa chica de ojos miel, la que poseía de un vestido blanco, un gran vestido, estaba parado a lado del padre, del hombre que sellaría su gran amor.

Alice, caminaba del brazo de Arthur, el la entregaría en nombre de su padre, le había tomado mucho cariño el tiempo que estuvieron juntos, claro que nunca olvidaría a su padre.

Llegaron hasta el altar, donde se encontraba Steven con los ojos cristalizados, ambos estaban muy emocionados.

Steven tomo la mano de Alice y la beso, después de unas palabras de Arthur, los dos quedaron frente al padre que los casaría.

-Hermanos, nos hemos reunido aquí para acompañar a Alice y a Steven, a celebrar el matrimonio de esta gran pareja. Bienvenidos sean todos, familiares y amigos a esta ceremonia presente aquí. Participemos en esta celebración de los futuros nuevos esposos.

Steven y Alice estaban mas que sonrientes, después de unas cuantas palabras del padre, ambos se miraron a los ojos, había llegado la hora.

-Yo Steven Seymour, te acepto a ti Alice Hill, como mi esposa y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

-Yo Alice Hill, te acepto a ti Steven Seymour, como mi esposo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

La madre de Steven y la madre de Alice, se acercaron al altar a entregarles los anillos a sus adorados hijos.

-Alice, recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

-Steven, recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

-Lo que Dios acaba de unir, que no lo separe el hombre, Steven, puedes besar a la novia. - el padre sonriente finalizó.

Steven tomo la mano Alice y la acerco lentamente, poso sus manos en su cintura y sin mas, los dos unieron sus labios en un dulce beso, en el beso que selló su compromiso.

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La gran boda de Steven Seymour comenzaba en los grandes jardines de la mansión, los chef's no se daban a basto, preparaban comidas extremadamente exquisitas y claro, lujosas, los meseros caminaban de aquí para allá con grandes charolas, otros con bebidas, el jardín estaba repleto de personas, todas conocidas, más conocidas de Steven que de Alice, Alice solo había invitado a Alec, a los padres de Alec y su hermana, algunas tías lejanas y algunos primos, Steven había invitado a todo New York, esos eran los pensamientos de Alice al ver a tanta gente desconocida para ella en su boda.

Todos brindaban en su honor, con los vinos carísimos, Steven y Alice, solo se dedicaban a agradecer y sonreír, ellos morían por salir de la fiesta y estar solos los dos.

Más que mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora