S E I S

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El presente

Deteniéndose en la puerta de la oficina de su hermano, Taehyung vio a Jimin a lo largo de la suite de oficinas, donde conversaba con Hyunah, sus manos y brazos se movían animadamente en lo que parecía una acalorada discusión. Casi un año había pasado desde que Jimin se había mudado, y aunque Taehyung lo veía en el trabajo todos los días, aún no se había acostumbrado a despertar en un silencioso apartamento y a no tener a Jimin por la noche.

Al principio, se dijo que sería genial. Podría traer a casa una cita y comenzar algo en el sofá de la sala de estar, si quería, o incluso en la cocina, si el estado de ánimo lo golpeaba. Taehyung sólo tuvo un contratiempo con su plan. Aún no había tenido una cita que quisiera llevar a casa y desnudarse, sin importar la habitación. Básicamente, iba a casa a dormir. De lo contrario, él trabajaba. Con el negocio en auge, ni siquiera tenía que dar excusas por sus ridículamente largas horas de trabajo.

Hyojong terminó la llamada y se unió a Taehyung, en la puerta. Su mirada se desvió en dirección a donde Taehyung miraba.

—¿Piensas en cómo matar el fin de semana y mantenernos trabajando junto contigo?

Taehyung lanzó su atención hacia su hermano.

—¿Qué diablos significa eso?

—Eso significa que has estado trabajado hasta el punto del agotamiento, y eso no es bueno en cualquier negocio, especialmente en el negocio de la seguridad. —El tono de Hyojong no admitía discusión—. Vas a tomarte este fin de semana, saliendo en este preciso momento. No pondrás un pie en esta oficina a menos que haya una emergencia y yo mismo te llame para que vengas. ¿Te quedó claro?

—¿Quién diablos murió y te nombró Dios?

Hyojong le lanzó una rápida sonrisa.

—Auto-designación. Ahora, vete. —La sonrisa rápida fue acoplada con una tensa línea familiar—. Lo digo en serio, hombre. Necesitas darte un descanso.

Sin ser consciente de ello, la mirada de Taehyung fue hacia Jimin otra vez. Jimin levantó su mirada, y algo tiró con fuerza en el interior de Taehyung, tirando de él tan fuerte hasta el punto del dolor. Es solo que... maldita sea. No se sentía bien ahí de píe, en la oficina del hombre, preguntándose acerca de qué había hablado con Hyunah, pero a sabiendas de que no se sentarían en el sofá, mientras tomaban una cerveza, más tarde en la noche, para así poder preguntarle. Taehyung debería haberse acostumbrado a la separación para este momento, pero las sombras en el apartamento no se disipaban, y Taehyung comenzaba a pensar que acostumbrarse sería imposible.

Jesucristo, se preguntó si los locos se daban cuenta en qué momento principiaban a perder la cabeza.

—¿Sabes qué? —Taehyung arrancó su mirada de Jimin y se forzó a sostener su mirada nuevamente en Hyojong—. Voy a aceptar tu oferta. No me llames en las próximas sesenta horas, a menos que el negocio esté bajo ataque.

寻找家园 [ VMin | MinV ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora