Temporada 3: [Capítulo 14]

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Anteriormente en: Mi esvástica

Le quitó el adorno de flores, lo dejó sobre el comedor y tomando el delgado cuerpo, ambos salieron de ese hogar rodeado de sangre y muertos. Subieron los niños al tanque, los amarraron de las extremidades para al final arrancar, dejando atrás ese lugar que alguna vez también vio como un hogar.

Third Reich, apretó sus manos, con los ojos perdidos en algún punto ciego. Buscó en lo profundo de su mente algo que le hiciera sentir satisfacción por la atrocidad que acababa de cometer; pero no halló nada, se sentía miserable.













22 de Junio de 1941
Cede de conferencias internacionales de Lituania.
5:14 pm

Un soviético atorado en medio de una asamblea que le causaba un fuerte dolor de cabeza, la incompetencia gubernamental era su mayor preocupación en esos momentos, gruñó desde la garganta cuando los cancilleres representativos lituanos sacaban a la luz las embolias administrativas del país.

Una amplia mesa de diálogo solo para causar más inconvenientes; ¿quizás era buena hora para poner a su hijo mayor como segundo directivo de la gestión política del país? , se cuestionaba, no le caería mal algo de ayuda.

Erguido sobre el asiento y codos los codos sobre la mesa, vio de reojo como a través de la puerta abierta se veían los soldados correr de un lado a otro, las secretarías más alborotas que de costumbre e incluso el bullicio era más sonoro que en otros días, la gota que derramó el vaso llegó cuando todos los teléfonos de la oficina vecina comenzaron a sonar.

—Тишина. —ordenó.

Cada miembro del parlamento acató la orden y bajaron sus cabezas cuando su líder se puso de pie. El ojo cielo se fijó en la entrada, justo iba a dar un paso al frente cuando un mensajero cruzó exaltado, con teléfono en mano, pálido al punto de angustiar.

—¡Señor, Urss! —exclamó dándose un segundo para recuperar la respiración — ¡Llamada desde la base de estrategias centrales! , ¡número de emergencia 222–436–12 , desde Moscú!

El eslavo extendió la mano, recibió el objeto y recibió la llamada grabada según fuera el caso de emergencia que activará, una voz femenina monótona le reprodujo el mensaje.

—Москва находится под атакой. оповещение о вторжении. Москва под атакой, тревога вторжения. Восточные координаты 55º южной широты, центральное положение.

Perdió el color rojo de su piel o al menos esa era la imagen que aparentaba, sus nudillos quedaron en blanco por el uso de la fuerza al apretar el material del teléfono. Lanzó con brusquedad el objeto al suelo, saliendo corriendo por los pasillos tapizados de rojo con detalles dorados, jadeo pesado hasta llegar a una oficina llena de trabajadores.

Se pusieron de pie para saludar como era debido pero el miedo les inundó al momento que el soviético rompió aquella caja de vidrio con su puño y apretó el botón rojo con su mano. Les dedico una mirada gélida y gritó con tono demandante.

—¡MOSKU BAJO ATAQUE, MOVILICEN TROPAS AL ESTE!

No se quedó para esperar la respuesta. Las desventajas de gobernar un país tan grande era que la comunicación es ineficiente, mover palabras, armas, soldados, municiones y recursos en un terreno extenso tomaba mucho tiempo. Cada segundo valía, y mucho.

Jalo de un tirón su gabardina de las manos del sirviente que atendía en la entrada del lugar, el grupo de soldados rusos que lo esperaban le siguieron detrás de la espalda y subió a su coche arrancando de forma brusca haciendo derrapar las llantas sobre el suelo. Apretó las manos sobre el volante, absteniéndose de golpear cualquier parte del auto por que seguramente terminaría destrozándolo.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now